para Héctor la vida cotidiana era mas que suficiente para él, tenía unos dos padres que lo amaban, muchos amigos del instituto y una vida normal y corriente que es la que el querría
¿que pasara cuando un dia en la calle 4 chicas se le acerquen y lo...
hola, me llamo Hector Blake, hijo de Amanda y Walter Blake, actualmente vivo con mis padres pero solo es hasta que consiga un lugar mejor, estudio en el instituto de arte de Santa Monica, tengo todas las comodidades que un hijo pueda pedirle a sus padres, tenemos una larga casa en el vecindario y tengo mis propios lujos, como mi auto, mi teléfono o mi perro y gato
mi vida es sumamente tranquila, el vecindario también y disfruto de esta paz y tranquilidad, a pesar de tener muchos amigos, no suelo asistir a fiestas, no me gusta, terminar en el suelo, estar ebrio y tener el primer beso con una cualquiera, no es mi noche ideal
respecto al amor, no voy a mentir quisiera enamorarme, siempre a sido mi sueño encontrar a la chica ideal, pero es por esas mismas razones que aun no tengo novia, no quiero enamorarme porque sí, tampoco quisiera enamorarme por otras razones, si algun dia la encuentro tengo que saber que es ella
esa es mi primera razón y la segunda que cuando de niño intentaba ligar con algunas chicas me dolia el cuerpo hasta que me alejarla de ellas, no tenia explicacion logica pero si tenia un presentimiento de que era alguien que me observaba desde los cielos, pero creo que nunca sabre quien es ella o el
me acaba de levantar y pensé-!como me encantan los lunes!- me aliste antes de salir por la puerta escuche a mi madre llamarme
-Hector, el desayuno ya está listo-escuche la melodiosa voz de una madre que te grita para bajar-mas te vale que estés listo- la volví a escuchar hablar
-así es mamá ya voy- termine de alistar mis cosas, bajé sin verme al espejo mucho tiempo, solo para asegurarme de que no me viera tan mal acomodándome el cabello y bajando las escaleras
el desayuno fue normal, siempre hablaba con mi mamá de cómo me iba últimamente puesto que ni ella ni mi padre estaban en la noche porque se quedaban hasta muy tarde trabajando, mi padre con su café y su teléfono en la mano, lo sé es cliché pero algunos padres son clichés
todo fue normal en la mañana salvo que mi carro no arrancaba, lo cual era raro ya que lo había mandado a verificar por el mantenimiento mensual, pero decidi no hacer problemas, aun estaba temprano y podía llegar en 15 minutos a pie
todo iba tranquilo hasta que vi a cierta chica con pelo moreno largo increíble y unos ojos tan azules que el mar caribeño se quedaría corto que con una sonrisa inmensa se acercó a mi, no sabia como reaccionar a lo que la escuche hablar
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-Hector eres tu?- la escuche entrecortada y era porque estaba muy fija en mi mirada mientras me ¿olfateaba? ¿quien hace eso?, acto seguido se separó y podía ver un par de lágrimas en su hermosa mejilla que arruinaron su maquillaje
-si, eres tú- la escuche nuevamente hablar- ¿porque? ¿porque me dejaste? íbamos a ser tan felices, se que fue mi culpa pero lo último que necesitaba era que te alejaras de mi lado, maldición todo es mi culpa- decía ella mientras se quitaba sus lágrimas y se ponía seria- pero eso no importa ahora seremos felices tu y yo-dijo de nuevo acariciando mi rostro
