¿les pertenezco a todas? (pausada)

Segunda Cita

Sorpresa Sorpresa, sigo aquí, les explicaré al final que pasó

Hector Pov

Janira seguía cargándome, logré despertar  aunque con algo de dolor de cabeza, ya estábamos muy lejos de toda conmoción que había sucedido con Aranza, no podía dejar de preocuparme por ella por el golpe que recibió, estaba distraído, al parecer Janira vio esto y se molestó, me bajo de sus brazos y me confronto cara a cara.

-Deja de pensar en ella! Estará bien, ademas de la única que debes preocuparte soy yo, eres mio maldición-mostró sus afilados caninos y no puedo negar que sentí mucho miedo, al punto de ponerme algo pálido y tropecé

-Ay no-dijo realmente arrepentida-lo siento-acaricio mi mejilla-sabes que nunca podría hacerte daño, es solo que controlar mi lado salvaje desde que nos reencontramos ha sido casi imposible-sus ojos mostraban un miedo y un arrepentimiento terrible.

-Esto es demasiado para mi ¿sabes?-dije mirando al suelo con una estúpida y leve sonrisa, admirando lo bueno y lo malo de todo lo que me ha pasado-ayer tenia una vida normal, no aspiraba mucho pero era sumamente feliz y esperaba que la vida me lanzara algo nuevo y único, agradezco que lo hiciera y estoy feliz de conocerlas a todas, incluyéndote a ti pero traten de entenderme, no es fácil tomar una decisión tan importante con tanta prisa, aunque sus sentimientos estén en juego-espere que me golpeara por mi cobardía o algo así, en vez de eso recibí un abrazo muy fuerte

-lo siento-volvió a repetir con mayor fuerza.

(...)

Ya tranquilos ambos, caminamos los dos por una calle desconocida por un buen rato hasta que llegamos a un jardín muy exclusivo, con una mansión y una seguridad sumamente elevada, al parecer era un lugar de la mas alta económica del país, no había mucha gente aunque si algo de bulla.

-Janira, no estoy vestido para la ocasión-dije algo preocupado

Ella se rió de manera muy tierna y cómica-No haz cambiado en lo absoluto Hector, no te preocupes, resulta que gozo de cierto poder aquí, nadie te juzgará-comenzó a sonreír coqueta, mientras que su cara se acerca a mi cuello y su mano apretaba la mía-todos han de saber que eres una persona muy especial para mi

-¿Que haces?-pregunté al notar que todos nos veían y sus ojos se volvían de color rojo, un rojo muy intenso.

-Una mordida no hará daño a nadie-una fuerza descomunal se combatió mis intentos de resistirme pero antes de que lo hiciera y que los arbustos nuevamente se movieran rápidamente se detuvo

Una mueca de disgusto y de descontento se formó en su rostro-mis impulsos casi ganan lo mejor de mi, lo siento Hector, ojala puedas tomar una decisión lo mas pronto posible-no me dio tiempo a responderle, cuando saco un liquido rojo de un frasco y se lo bebió como si no hubiera tomado agua en años, se limpió y me jalo de la mano

-Debe de ser sangre-pensé

(...)

Después de un rato muy raro y callado, logramos apartarnos de la bulla principal hasta llegar a una parte muy silenciosa y hermosa, donde nos sentamos al lado de un árbol, el cielo en esa parte de la ciudad estaba despejado y se podía ver el cielo estrellado, junto a los sonidos de las piletas artificiales