Hechizante Carmesí

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Él tiene una manera curiosa de arreglarse las mangas, lo hace de forma delicada, acariciando con la yema de sus dedos la tela para luego dar un fuerte jalón que retira cualquier arruga

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Él tiene una manera curiosa de arreglarse las mangas, lo hace de forma delicada, acariciando con la yema de sus dedos la tela para luego dar un fuerte jalón que retira cualquier arruga.

- ¿No te preocupa la creciente oleada de fans alrededor de Zen?

Mi atención vuelve a lo que estoy haciendo. Mis dedos acarician imperceptiblemente las teclas de mi laptop. Esa pregunta siempre será popular entre los reporteros. La sonrisa en mis labios se suaviza y ladeo el rostro. A unos metros desde donde estamos puedo ver a Zen haciendo una práctica de vestuario. Aunque estos viajes son agotadores en la búsqueda de múltiples locaciones que se adapten a la historia, siempre hay algo bueno, como la preciosa vista del campo en el que nos encontramos. En el fondo quisiera estar allá, con él, pero parte de mi trabajo como su manager es guiar a los reporteros hacia la mejor historia, a sacar a la luz lo más importante para la carrera de él.

- Me gusta ver a Zen feliz. –comienzo, apoyándome ligeramente sobre la mesa, sintiendo el viento primaveral desordenar mi cabello solo un poco- Nunca he visto una sonrisa tan sincera como la que él pone cuando está leyendo las cartas de sus fans. –noto que mis palabras son hechizos, los reporteros sonríen por la información pero lo importante es que no estoy mintiendo- Para él es importante el apoyo que siente en cada pequeño detalle que sus fans le dan. –mi voz se carga de ánimo ante los recuerdos- A veces lo veo murmurar en voz baja alguna línea en particular que alguna fan a escrito con todo su corazón. Los ojos le brillan de emoción y a pesar de toda la fama que tiene, pareciera que no puede creer del todo lo afortunado que es por tener toda esa gente apoyándolo. –mis propios gestos se suavizan, me sumerjo en esas memorias y dejo que mis palabras se carguen de emociones, de la manera en que el afecto de sus fans lo envuelven en una cálida protección e hinchan mi pecho de orgullo- Respondiendo a tu pregunta ¿Cómo me podría preocupar? Zen le pertenece al público, nació con las habilidades y las ha entrenado al máximo para ser amado por muchos. Pero lo más importante es que le hace feliz esta vida. –hago una pausa, noto como los reporteros se inclinan hacia mí, expectantes- Les debo mucho a sus fans por dejarme ver mi sonrisa favorita en él.

Eso es como la cereza en el pastel. Ellos sonríen, se ven emocionados, saben que la gente adorará saber eso. Después de que Zen hiciera pública nuestra relación, la gente a estado pendiente de mi de una manera inesperada. Nunca falta el reportero que quiere saber si no temo que Zen se enamore de su coprotagonista o si estoy nerviosa por el posible beso que habrá. Pero siempre les interesa saber si odio o no a las fanáticas de Zen. Todas estas entrevistas son como responder mails para la RFA, debo saber qué quieren que les responda, cuál es la mejor respuesta para nosotros y encontrar el punto medio.

Mis ojos se desvían ligeramente, Zen está probándose otra chaqueta, tal vez la tercera en diez minutos, pero ese color no va con él. Me recuerdo mentalmente decírselo al director, nadie quiere que su estrella parezca enfermiza en sus escenas campestres.

La entrevista sigue, en un par de ocasiones me preguntan sobre mi siguiente libro. Mis dedos se estremecen cada vez que eso ocurre. No puedo revelar mucha información aún, pero retomo cada oportunidad para hablar de Zen. Siempre es fácil. La gente lo adora y él ama que sea así. Una sonrisa divertida se forma en mis labios, si alguien me hubiese dicho que iba a enamorarme de un egocéntrico y narcisista hombre, me hubiese reído vivamente. Pero nadie es lo que parece y si pudiese escoger de quién enamorarme otra vez, lo escogería a él sin pensarlo. No pierdo ocasión para hablar sobre la Academia de Actuación que Zen está financiando junto con Jumin, señalo que es como una terapia para los jóvenes rebeldes o con problemas. No lo digo en voz alta, pero queda implícito que esto es el sueño de Zen para ayudar a otros que pasaron los problemas que él vivió. Me siento afortunada por la bondad que hay en él. Los reporteros eventualmente se apartan, es el turno del director para recibir la atención. Mis ojos miran el borrador de mi trabajo, mi pulgar caricia la esquina de la laptop, como si de esa manera pudiese consolar a mis propios personajes. No me gusta hacerlos sufrir, pero se supone que a través de las horas más oscuras, es cuando la fortaleza toma el control. Me gusta creer que es verdad. Después de todo vivo con la persona que prueba que mi teoría es real.

Hechizante Carmesí «Mystic Messenger» [MC/Zen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora