Chapter 1: Michael y Otto.

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Michael Clifford, era una persona aburrida e introvertida, un psiquiatra sin nada excepcional y un tanto invisible frente a los ojos de otros seres con una contradicción a su pequeño minino; Otto.

Otto era su pequeño compañero en casa, el único ser que era capaz de verlo y amarlo, era un animal de pelaje negro y ojos verdes era ruidoso y escurridizo, y como Michael, un rechazado.

Ellos vivían en una casa de escaso tamaño de paredes empapeladas y puerta de roble pues la economía le iba bien—era el mejor en su trabajo—, pero prefería no exagerar solo los dos en ese lugar acogedor.

Algo que encantaba a Michael era tener un despertador personal, tan esponjoso y adorable. Sonrió cuando la lengua áspera de Otto pasó por su mejilla un tanto tiesa por haber llorado hasta altas horas de la noche.

—Buenos días, pequeña bestia. ¿Dormiste bien? Bueno, quizá mejor que yo.

Abrió lentamente sus ojos acostumbrandose a la luz del sol, sus cortinas las habían roto cierta criatura peluda.

Maullidos potentes soltaba Otto, tenía hambre sus tripas se podían oir hasta China.

—Glotón.

Alimentó a su amigo, se aseó y vistió de colores neutros como siempre. Su estilo era casual, pero no tan informal.

—Hey, déjame ir—Dijo entre risas sacando las pequeñas garras enterradas de su pantalón—. Que extraño estás.

Normalmente su felino no fue muy flexible las primeras veces en la ida, pero se acostumbró en un proceso lento.

Logró zafarse y salir rápidamente. Era tan raro su estómago estaba presionandose con fuerza causandole mareo, como si algo fuera a suceder, algo de verdad grande.

Subió al autobús, con sudor frío en su espalda y frente, recostó su cabeza y buscó en su bolso algunas pastillas para el dolor.

Llegó al hospital pasando de largo a la recepcionista muestra pechos, con paso apresurado.

—¿Michael?—Una voz desconocida lo llamó y se detuvo torpemente. Y un hombre castaño y alto estaba frente a él con una bata blanca y unos papeles en los brazos. El hospital es bastante grande así que no sabía reconocer caras, no conocía a todo el mundo, de hecho era bastante aislado solo conocía a sus pacientes.

—¿S-Si?

—Asi que tu eres Michael.

—Hola—Dijo desconfiado—¿Tu eres Calvin?

—Calum—Dijo el moreno con aspecto asiático enojado torciendo su boca.

—P-Perdón—Dijo tan rojo como un tomate.

—No importa, me enviaron para presentarte a tu nuevo paciente, a Madox ya la diste de alta hace una semana. Te dejamos este problema.

Parpadeó un par de veces para seguirlo hasta una de las tantas habitaciones.

—Ya que eres tan bueno con las personas enfermas mentalmente, te presento a este loco.

—No quiero más problemas, no soy tan bueno.

—Jacob me mandó, no tienes opción arcoiris.



¿Les ha pasado que tienen las ideas, pero no saben como expresarlas? me tomó un mes y más pensar el comienzo de esto.

Lamento demoras.

Espero que les guste esta historia, es primera vez que escribo algo como esto, ósea un tanto descabellado.

Pero amo a los locos.

Como al sombrerero <3

Besitos ;)





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⏰ Última actualización: Dec 07, 2016 ⏰

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