El Sobrino 2: El retorno de la hijastra.

Prólogo.

Sé que escribirte una carta es una cobardía pero no tengo en valor necesario para decírtelo en la cara.

Seguramente ya te diste cuenta de lo que hice y seguramente estas enfadado.

No te culpo, yo también lo estaría en tu lugar, no te pido que me perdones ni que intentes entenderme. Se por todo lo que tuviste que pasar y no quiero que pienses que es por culpa de tu pasado el que me haya ido. No tiene nada que ver.

Yo no pertenezco aquí Jimmy, no soy una chica que pueda vivir felizmente en una casa, criar niños y servir a su marido. Tú sabes que yo nunca podría ser feliz así.

Tú te mereces a una mujer que pueda darte toda su atención, que pueda darte lo que necesitas y que pueda hacerte feliz.

Eres un hombre fantástico Jimmy, me hiciste ver la vida de otra manera. Me hiciste enfócame en otras cosas que no sean las fiesta y el descontrol. Me hubiera encantado poder ser egoísta y haberte llevado conmigo pero sé que tú nunca serias feliz a mi lado.

No quiero que sufras ni te tortures pensando que mi partida es por tu culpa, no quiero que hagas eso.

Quiero que salgas, conozcas gente. Diviértete.

Yo voy a estar muy bien, se me cuidar sola y Pat se encargara de que no haga estupideces.

Nunca vas a abandonar mi mente ni mi corazón, quiero que sepas que eres muy importante para mí y que tengo sentimientos muy fuertes pero no me perteneces Jimmy.

Quiero darte la oportunidad de que encuentres a alguien mejor, que seas feliz y cierres las puertas de tu pasado. Tienes mucho por vivir y quiero que lo hagas.

¡Es una orden!.

No te preocupes por mí, volveré pero tengo que pasar un tiempo lejos. Cuida a Sara y a los muchachos y trata de no pelear con mi padre.

Se feliz Jimmy, quiero que vivas y encuentres a una mujer digna de ti. Olvídate de mí, haz de cuenta que nunca eh existido.

Te quiero.

Paz.

Doblo cuidadosamente el papel, esta arrugado y manchado.

Ya ah pasado una semana desde que se fue y todavía me cuesta creerlo, se fue sin despedirse.

Me dejo, como todos a los que abrí mi corazón.

La rabia me invade desde esa mañana donde desperté y encontré la carta en vez de a ella durmiendo en mis brazos.

En infierno mismo se desato esa mañana cuando Trevor se enteró. No pueden encontrar donde está, no dejo ningún indicio de a donde se dirigía y eso volvió loco a su padre.

Yo sé que Fox y los gemelos saben dónde está, ellos están tranquilos.

Se feliz Jimmy, quiero que vivas y encuentres a una mujer digna de ti...

Me rio amargamente, ¿quiere que sea feliz?. Ella me hacía feliz, yo solo la necesitaba a ella para serlo y me dejo.

Miro hacia el lago, aquí es el único lugar donde puedo estar solo, aquí fue donde traje por primera vez a Paz. La recuerdo allí sentada a la orilla, el primer beso consiente de ambos.

Aprieto los dientes con rabia, ella huyo de mí.

Saco el teléfono que me dio Fox, no me dijo porque solo me lo dio.

Busco el papel que tengo en el bolsillo y lo despliego.

Ese número escrito a mano se burla de mi indecisión.

¿Ella quiere que la olvide?.

Está bien. Lo hare.

Marco el número y espero.

-¿Hola?.

-Hola Angela.

-¡Jimmy!.- escucho la alegría en su voz.

-¿Estas libre esta tarde?.