De niñas.

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Han puesto otra cama en la habitación, igual que la mía. Los blancos la han traído, no sabía que se necesitase tanta gente para empujar una cama que tiene ruedas.

Despues han entrado otros dos blacos, han traído a una niña. La sujetaban por los brazos mientras ella inútilmente trataba de deshacerse de su agarre.

Parece tener uno o dos años menos que yo. Es muy delgada, y no dejaba de llorar y gritar palabras sin sentido.

Antes de marcharse, los blancos han corrido una cortina que no sabía que existia entre ella y yo, y de un momento a otro los gritos han dejado de escucharse.

Luego han vuelto a correr la cortina y he podido verle la cara. Dormía plácidamente, y podía ver como su pecho subía y bajaba lentamente.

Pero de repente su expresión ha cambiado. Ha empezado a revolverse en la cama, gritaba palabras que yo seguía sin entender y de pronto se ha levantado y ha empezado a llorar.

Sin saber muy bien lo que hacía, me he levantado y he corrido donde ella. La ha abrazado y le he acariciado el pelo.

Cuando se ha tranquilizado, me ha apartado de un empujón. Y a juzgar por su expresión, a ella tampoco parece gustarle esto. O a lo mejor soy yo quien le disgusta.


Mads & MedsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora