Perdón...
Después del momento incómodo que pasó con Sebastián, Madeleine decidió buscar a Alexter y enseñarle los trajes, pero antes de poder llegar a su habitación se topó con Sofía y la alcanzó solo para agradecerle el gesto tan bonito que ha tenido con ella.
— Sofía, gracias por el vestido y por hacerme parte de tu boda es un honor — dijo alcanzándola en las escaleras de la casa antes que bajara.
— Estoy muy contenta de tenerte aquí, esto es una manera para que te sientas en casa y no solo una invitada, aprovechando que nos vemos ¿ya tienes un vestido para mi compromiso? — dijo regresando dos escalones para acercarse a ella.
— Aún tengo dudas de cuál vestido usar, pero no te preocupe estere lista — dijo omitiendo la verdad, que ha revisado todos sus vestidos y ninguno le convence para ese día, ya que son demasiado informales, piensa ella.
— Espérame más tarde yo te llevo algo que creo es perfecto para ti, solo necesito hablar con alguien — dijo despidiéndose sin darle oportunidad de preguntar algo más. De todos modos, se enterará más tarde de eso.
Busca a Alexter en el ático, pero él no está, decide llevárselos a su habitación para guardarlos temiendo que si los deja, él pueda hacerles algo y no se arriesgara, baja a la cocina a preparar algunas cosas para la comida, ya han contratado a alguien así que solo apoya un poco en la cocina, la persona que contrataron le ha caído muy bien su nombre es Rocío, una señora mayor pero muy enérgica que se involucra en todo, al parecer es conocida de don Guillermo, se había ido a vivir lejos por el trabajo de su esposo, pero él falleció apenas hace un año y al no saber que hacer decidió volver, un día se encontró con María en los días que ella va de compras y desde entonces ella trabaja en la casa grande.
La tarde pasa sin problema alguno entre recetas y conversaciones, pero Madeleine ha estado preocupada porque Alexter que no se ha dejado ver, sabe que no debe preocuparse por un hombre lobo en esas tierras, pero es inevitable para ella. Camina en el patio entre los árboles y observa los preparativos, como acomodan guirnaldas de luces y mesas, «muchas mesas» piensa ella, la decoración en tonos rosa y lavanda juegan con el verde y opaco de los árboles, los observa con detalle pensando en el pastel que debe hacer para ese día, se animara con una versión pequeña del de boda, sigue caminando entre los árboles hasta toparse con el lugar donde conoció a Alexter, el círculo de rosas perfectas.
Escucha unos pasos detrás de ella que no necesita voltear para saber quién es, sonríe por coincidir ese lugar de una manera diferente, aunque recuerda las condiciones en que se conocieron, pero desconoce si Alexter lo hace.
— Perdón — dijo con claridad el mayor haciendo que Madeleine se sorprendiera, luego ve como intenta decir algo más — Es-e di-día — señala donde esta parada, intenta decir algo más, pero se desespera y golpea sus costados con ambas manos con fuerza Madeleine al ver eso pone una de sus manos en su pecho. El lobo reacciona abriendo sus ojos y mirándola directamente a los suyos.
— Tranquilo Alexter, no te presiones — dijo, él la observa más detenidamente haciendo que Madeleine contenga el aire en sus pulmones la mirada que le ha dedicado la envuelve atrayéndola a él, mira los ojos de Alexter y se maravilla de la combinación de colores que ahora hay en ellos el azul decorado con unas cuantas líneas amarillas, para ella simplemente mágicos y enigmáticos.
— Te gri-grite — dijo, ella sonríe al darse cuenta de que le está pidiendo disculpas por ese día.
— Está bien, no nos conocíamos yo era una extraña en tus tierras.
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El alfa enamorado ✔🐺🌌
WerewolfMadeleine Villarreal ha perdido al único miembro de su familia que le quedaba, está sola en el mundo buscando una salida, cuando el mejor amigo de su padre responde a una promesa y le da una oportunidad de huir del dolor y buscar nuevos horizontes e...