Hermione Granger: Su historia

CALLEJON DIAGON

Sonreí mirando a mi padre,habíamos llegado a aquel callejón del que tantos magos y brujas habían hablado.
¡EL CALLEJÓN DIAGON!
Después de que una mago llamado Tom nos diera las indicaciones exactas de como entrar
"Tres horizontales y dos verticales..."
Proseguí e hice los golpes que el buen hombre me había indicado.
-Ten cuidado -dijo apartándome mi padre al ver que se abría
Abrí mi boca y mis ojos tanto como podía ¡No podía creerlo!
¡Era maravilloso! ¡Había tantas cosas mágicas que no sabría por dónde empezar a describir lo fantástico que es el callejón Diagon!
-¿Por donde empezamos? -pregunté entusiasmada a mi padre al ver que sacaba la lista
-¿Que tal por tu varita? -me preguntó con curiosidad mi padre
-Papá por favor ya sabes que me hace mucha ilusión mi varita pero...¡Que hay de los libros! ¡Me apasiona leer y lo sabes!
-Pues está dicho hacia los libros -dijo sonriéndome
Fuimos a por los libros que nos pedía la lista y yo cogí un libro que me llamo la atención ¡El libro que traía la historia de Hogwarts!
Salimos de la librería mágica y fuimos a por mí varita.
Ollivanders leí el cartel mientras entraba con mi padre
-Bueno días me gustaría tener una varita para mi hija
-Por supuesto ¿Nueva en esto verdad? -dijo el hombre de pelo blanco
Yo me limité a asentir con la cabeza mientras miraba las millones de varitas que tenía alrededor.
-Está...pruébala núcleo de fibra de corazón de dragón -me dijo entregándomela en la mano
Sentí una eléctricidad recorrer mi cuerpo en el momento en el que la toqué. Di un golpecito e hice que mis libro levitaran de nuevo.
-Es perfecta -dijo mi padre orgulloso mientras me miraba con una sonrisa de oreja a oreja
-Sí es esa la indicada -sonrio de nuevo el hombre
Cuando por fin terminamos de comprar todo lo que necesitaba y regresamos a casa con cosas que pesaban una tonelada por lo menos, corrí a mi habitación para leer TODOOOOS los libros que había adquirido.
¡No podía empezar Hogwarts sin saber perfectamente su historia! ¡Voy a informarme de todos los acontecimientos hasta hoy del mundo mágico!
Me pasé el día leyendo y leyendo ¡Había aprendido tantas cosas!
No podía esperar más para poder subir al tren o aún mejor contemplar con mis propios ojos la estación nueve y tres cuartos.
Aunque mis padres me insistían en que debía de relajarme y no me estresara tanto leyendo se me era imposible.
Acababa de leer la historia de la primera guerra mágica y me había quedado petrificada, según mis cálculos El Niño que había sobrevivido del maleficio de Quién-tu-sabes podría estar en el mismo curso que yo ¡El mismísimo Harry Potter! Aunque dudo que me haga amiga suya, no tengo muchas esperanzas en que sea posible pero no estaría mal tratar de conocerlo.