Mathias
——¡Se han abierto las puertas!——informó Dale a los demás quienes se encontraban lejos.
——¡Entremos!——ordenó papá.——¡Rápido!
——¡Jade!——alguien llamaba mi nombre en un intento de hacerme volver a la realidad, sin embargo todo parecía ir lento a mi alrededor y sin excepción, también el sonido.
Veía a todos pasar a mi lado con sus cosas sin que pudiera moverme. Estaba tan aliviada pero también tan asustada de entrar. Estuvimos tan cerca de que algo malo nos sucediera que entrar no solo se sentía como una nueva oportunidad de vivir, sino vivir de una manera diferente.
——¡Jade!——Glenn estaba delante de mí mirándome fijamente——Si tú no entras, yo tampoco lo haré.
Con semejantes palabras entré en sí y rápidamente negué; tomé su mano y llevándolo conmigo fue que entramos al lugar, éramos los únicos que faltaban.
La puerta se cerró en cuanto entramos en un fuerte estruendo , si hubiésemos tardado más tiempo nos habríamos quedado fuera.
Estuve muy cerca de caer si no fuera por Glenn que me sostuvo con mucha fuerza para evitarlo.——¡¿Hay algún infectado?!
Un hombre robusto y alto apareció frente a nosotros apuntandonos con un arma por lo que todos los hombres del grupo, a excepción de Dale, respondieron igual para protegernos. Se posicionaron frente a nosotros para evitar que nos dispararan.
——¡No!. Teníamos uno, pero ya no está.——respondió papá.
Yo dejé de prestar atención a la riesgosa y tensa situación ya que comencé a sentir un sudor frío en mi cuerpo así como en las palmas de las manos, unas palpitaciones en el corazón y después un mareo que me hizo tambalear en mi lugar.
——¡Tú!——aquél hombre me señaló por arriba de todos para decirme algo pero no pude escucharlo.
——Yo...——intenté caminar pero en cuanto moví un pie fue que caí con gran fuerza al suelo.
——¡Jade!——escuché gritos a mi alrededor aunque no podía diferenciar de quien se trataba.
Yo sabía que no me había desmayado ya que en cierto punto estaba consciente, sin embargo tampoco podía decir o hacer algo. Estaba muy débil y no entendía porqué.
Entre todos los intentos desesperados por abrir mis ojos lo conseguí, aunque mirara borroso.
A mi lado estaba mamá y papá muertos de miedo pero no pude reconocerlos por lo que llamé a una persona que yo conocía sobre todas las cosas, incluyendo lo que había sucedido. Él y yo teníamos una historia.
——Mathias...——en un susurro casi inaudible lo llamé.
——¡Mathias! ¡Jade te necesita!——dijo mamá sin importarle Glenn. Él era lo último de sus preocupaciones.
——Pueden ponerla aquí——aquél hombre ayudó en mi situación al traer para nosotros una camilla aunque no la ocupé ya que Mathias me cargó en sus brazos.
——¿Hay algún lugar donde pueda llevarla?——con la voz temblorosa pidió ayuda al hombre desconocido.
Aquél hombre lo dudó un poco ya que la posibilidad para él de estar infectada era grande pero decidió ayudar. Algo en él lo hizo acceder, tenía la idea de que toda esa descarga fuerte de emociones por entrar hizo su efecto en ese cuerpo tan maltratado.
——Claro, por aquí.
En sus brazos me llevó al lugar que aquél hombre indicó y con mucha delicadeza me recostó en una cama. Al sentir las sábanas tan suaves en mi piel hice una mueca. Entre la cama que tenía debajo mía y el suelo lleno de piedras en el que dormí muchas noches hubo una diferencia abismal.