Capitulo 1 - Casualidad

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El sonido de la alarma llega a mis oídos, molesto, pesado y fastidioso, siempre está ahí recordándome la monotonía, diciéndome ¡Levántate perra! ¡Vamos a tener un día de mierda más! Suelto un bostezo y miro hacia el techo de la habitación, todo se encuentra más oscuro que de costumbre. Por algún motivo tenía la hipótesis que yo no era una persona matutina, se me dificultaba poder dormirme con facilidad y despertarme en los primeros momentos de la mañana, además cuando despertaba, me costaba demasiado sentirme activo, es como si despertara más cansado que cuando fui a dormir la noche anterior.

Reviso el teléfono 6:01 Am, vamos, puedo dormir un poco más...

*Suena el teléfono*

—¡Buenos días hermano! — Dice mientras bebe un sorbo de alguna bebida. Esta alegría, a esta hora de la madrugada, solo puede ser Zack. Ningún humano que sea mi amigo podría hablar en ese tono tan alegre en estos momentos donde todos deberíamos estar durmiendo.

Los humanos deberían hacer su vida un poco más tarde, nunca comprendí la necesidad de comenzar todo el movimiento en la ciudad apenas comienza a asomarse el sol. Trabajos, escuelas, restaurantes, casi toda la vida en general comienza demasiado temprano, literalmente cuando yo estoy apenas intentando dormir.

—Daniel ¿Estás ahí?— continúa hablando mientras se escuchan carros pasar, es Zack, está conduciendo. Eso quiere decir que pronto pasará por mí ¡Demonios! Debo darme prisa, ni siquiera me he despertado de la cama.

—Buen día Zack ¿Ya estás por llegar? — Respondo
—No, es solo que mi instinto me dice que te quedaste dormido. Vamos, el clima está del asco, pero siento que será un buen día.
—Pensé que estabas llegando ya por mí, estaba cómodo, te odio, nos vemos en un rato pedazo de basura.
—Me amas Daniel ¿Qué harías sin mí? Nos vemos puto. —Siempre tratándonos mal, estos amigos de hoy en día...

Pero tiene tanta razón la basura de mi amigo, lo amo. ¿Qué podría hacer sin él? Siempre vuelve todo más sencillo.

Me levanto desganado de la cama, como obligado por el hecho de que mi amigo llegará pronto. Abro las cortinas, veo como está el día de nublado, las ventanas húmedas como si hubiese llovido no hace mucho, mi cuarto está hecho un desastre, siempre está así.

¿Por qué no puedo ser organizado como Zack? Siempre me siento cómodo en mi desastre, es como si me sintiese satisfecho con el desastre que era no solo mi habitación, sino también mi horario de sueño, mi vida.

Bajo las escaleras que dirigen hasta la sala, suena algo de la parte de atrás de la casa, fue un sonido un poco fuerte, que incluso me altera un poco.

—¿Mamá eres tú? —Digo, pero nadie me responde mientras sigo bajando las escaleras.
Camino un par de pasillos muy despacio, revisando en cada habitación, todas tenían las puertas cerradas, pero yo iba entrando y abriendo una por una, tratando de averiguar de dónde provino ese sonido. La puerta del cuarto de mi madre estaba abierta. Entro rápidamente

—Mamá ¿Qué haces?

No hay nada en el cuarto, solo el gato aruñando uno de mis viejos zapatos.

—Me asustaste Michu —El nombre más básico que puede haber para un gato, mi madre solo quiso llamarlo así, ni siquiera pensó en algo más creativo.

Me dirijo al baño, en el espejo veo mi rostro blanco, mi cuerpo estaba más delgado que lo común, el cabello negro también más largo de lo normal, ojos cafés claro y las ojeras comenzaban a asomarse cada vez más. Estaba un poco descuidado con mi aspecto físico, pues las últimas semanas me había desvelado leyendo y escuchando música con mis audífonos. Me quito el suéter, un tatuaje en el pecho que hice sin permiso de mis padres, sintiéndome un poco rebelde y libre, esa etapa que quería hacer cualquier cosa sin consultar de nadie. Termino de desvestirme y tomo una ducha.

Me termino de cambiar, un suéter negro, unos tejanos, el cabello un poco alborotado ya que no podía hacer mucho. Voy directo a la cocina, tenía hambre, ya el sueño y la flojera se habían ido con el susto que me había dado mi querido gato. Cuando me acerco a la nevera hay una nota de mi madre que dice '' Hoy vuelvo un poco tarde Daniel, tienes desayuno listo en la mesa, te dejo dinero en tu mesa de noche, para la cena ya estaré contigo''.

Toma Mi ManoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora