No Debió Haber Terminado Así

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Y allí estaban, nuevamente discutiendo sobre el mismo tema mientras Peter sólo observaba como solía hacerlo últimamente, extrañaba a su familia unida y no sólo a sus padres sino también a lo amigos de estos, nuevamente su mundo se desmoronaba frente a él, era como si la historia se repitiese.

Mientras Peter descansaba en su cama Jarvis le comentó que lo vengadores habían llegado a casa y él salió para recibirlos, mala idea. Al entrar en la sala vió a su padre con una mirada perdida hasta que sonó el ascensor dejando ver al Capitán América el cual al ver a Tony rodó los ojos.

Tú... Lo sabías ¿no es así?... —La voz del castaño se había roto pero no dejó caer ni una sola lágrima.

— ¡Contesta Rogers!, ¿lo sabías? —Volvió a preguntar un tanto desesperado, a lo cual Steve sólo miró al suelo, Tony se volvió en sí indignado, sintiéndose traicionado mientras sujetaba su sien.

¡Sal de mi vista ahora! —gritó con todo el aire que sus pulmones se lo permitieron, Steve con una mirada dolida intentó acercarse pero Tony al ver el más mínimo movimiento de Steve volteó a verlo con una cara de mil demonios. —¡¿Acaso eres sordo?! ¡Lárgate! —Volvió a gritar pero esta vez sólo logró que el Capitán se enfadara y se marchara.

La relación ya estaba rota, Steve, aunque dudando, ya había tomado su decisión y aún si fuera arriesgada lo cumpliría, no volvería a dejar a su amigo atrás.

Peter no podía estar más enojado con su padre por lo cual se quedó a acompañar al castaño el cual se veía muy mal, le había lastimado la traición de la única persona en la que alguna vez confió.

Estaban unos frente a otros, héroes contra héroes, los que estaban de acuerdo y los que no, todos luchando manteniéndose a sus principios, llegó un momento en la batalla en que el castaño cruzó la mirada con quien solía ser su pareja, recuerdos y más recuerdos rondaban su memoria pero ahora no era el momento para dejarse llevar por sus sentimientos, aún si quería lanzarsele y besarlo para nunca separse de él, se contendría

No tiene que terminar así... —soltó rompiendo el silencio casi en forma de suplica, quería decir algo más pero le era muy difícil hablar.
El Capitán solo se limitó a bajar la mirada para después optar una posición de ataque.

Si así lo quieres... —Cerró el casco de su armadura para recibir el ataque que se aproximaba de su contrincante, se libró una batalla y aún si los golpes dolían no se comparaban en nada a lo que en esos momentos sentían.

Desde la distancia el hombre araña observaba la batalla con un dolor en su pecho, no soportaba ver a sus padres de esa manera, en eso alguien intento tumbarlo de donde estaba pero logró esquivarlo, y aunque no se sentía con la capacidad de pelear se vió obligado a defenderse, otro duelo había comenzado...

Seguían peleando con lágrimas en los ojos soltando una que otra frase hiriente para el otro, mientras que en la mente de el Capitán solo había preguntas ¿Todo esto valdrá la pena? ¿Está realmente haciendo lo correcto o sólo creé que lo hace?. Su mente se desconectó al momento de quitarle el casco al hombre de hierro dejando ver a su esposo con moretones y sangre en todo el rostro, sintió como algo en su interior se derrumbaba, tenía su escudo en el aire para dar el golpe final pero en lugar de golpear su rostro dirigió el escudo hacía el reactor de la armadura haciendo que está dejará de funcionar al instante, se quedo ahí sobre él intentando recuperar la respiración, el intercomunicador que había dejado de funcionar hace unos momentos empezó a hacer sonidos para después hacer escuchar la voz de Natasha mientras se incorporaba.
Steve, ¿me escuchas? —preguntó la espía un poco alterada haciendo que a Steve se le revolviera el estómago.

¿Que pasa Natasha? —contestó el soldado mirando al hombre que intentaba levantarse del suelo pero la armadura se lo impedía.

¿Está Stark contigo?. —Ambas preguntas y el tono de desesperación de la agente hacían a Steve alterarse.

Si es así vengan a la Torre, ¡ya!. —Steve solo asintió para sí mismo y ayudo al hombre que estaba en el suelo el cual acepto a regañadientes.

La torre cada vez estaba más cerca e iban lo mas rápido que las heridas se lo permitían, conforme se acercaban divisaban una figura en el suelo, la pareja se quedó quieta por unos momentos hasta que Tony se dejó caer en seco de rodillas sin poder contener las lágrimas y los gritos, mientras que el Capitán Rogers no reaccionaba, estaba ahí quieto dejando caer sus lágrimas por sus mejillas preguntándose si lo que estaba viendo era cierto, trataba de convencerse de que no era así esperando a que su hijo, que ahora solo tenía la mitad de su máscara y una herida en el pecho, hiciera el mas mínimo movimento, pero sólo eran esperanzas, lo habían perdido.

Había pasado una semana desde lo sucedido y Tony cayó nuevamente en la adicción y en una profunda depresión teniendo ya dos intentos de suicidio, Steve ya no hacía nada, ya no quería, no había tenido contacto alguno con el hombre de hierro, no quería recordar nada de lo sucedido aunque fuera muy egoísta dejando a Tony solo, pero... Tony tampoco fue una persona muy considerada ¿o sí?, Y aunque la verdad era que lo extrañaba con todo su ser y quería abrazarlo para estar con él todo el tiempo que le fuera posible, sabía que solo se harían más daño.

Estaba tirado en el suelo de su habitación, la cuál estaba hecha un desastre, hasta que recibió un mensaje, un mensaje que no quisiera haber leído, se levantó lo mas rápido posible, Tony lo había logrado, ya saben lo que dicen, "La tercera es la vencida". La escena se repetía, él en shock observando con lágrimas en los ojos a quien solía ser el amor de su vida tirado en el suelo pero esta vez Tony tenía en su mano un frasco de pastillas vacío y cerca de este una hoja algo maltratada que tenía rastro de alguna que otra lágrima.

«Sólo los tenía a ustedes, y aunque nunca nadie tenían esperanza en mí yo les fallaba una y otra vez.
Lo siento tanto, no debí involucrarlo en esto, él y Steve eran todo para mí, pero ahora podré verlo, podré estar con él y enmendar todos mis errores, nunca fuí buen padre, nunca fuí buen amigo, no tienen ni idea de lo que me odie a mí mismo, sólo quería hacer la cosas bien por una vez, aun si tenía que llevarle la contraría.
Todo esto es mi culpa.» la nota estaba sucia, tenía algunos rayones y la letra estaba algo rara como si la hubiera escrito temblando.

Esta vez le fue imposible no llorar, lo había perdido todo, todo lo que amaba mientras intentaba sentirse mejor tratando de recuperar una vida que perdió y arreglar aquello de lo que siempre se sintió culpable y ¿para qué? ¿Para sentirse una mierda el resto de su vida?.

Él sabía que para Tony los más importante eran Peter y él, pero él lo había dejado solo, Tony por primera vez estaba equivocado ante los ojos de Steve, el cual solo podía pensar que Tony no había sido el problema si no él mismo, él era el que les falló, lo abandonó y lo traicionó para finalmente perderlos a ambos, en su mente solo había culpabilidad, perdió todo lo que amaba; pensó que estando lejos de Tony olvidaría todo y podría continuar por su cuenta pero estaba en un grande error ya que sólo sentía un gran vacío y un dolor horrible en el pecho.

Perdió al hombre que le hacía sentir cosas inexplicables, al que lo hacía sonreir con cualquier gesto o acción. También había perdido a aquel niño, ese niño, ¿qué podía decir de él?, era lo mejor que le había pasado, era su pequeño, su Pete, la razón de sentrise orgulloso, ambos eran su razón de ser, pero les había fallado, les falló.

Mientras se despedía por una última vez de su esposo todo lo que veía en su mente era ese rostro lleno de moretones y sangre, era como si inconscientemente se lo reprochara una y otra vez, la imagen lo acompañaba con sólo una frase, «esto no debió haber terminado así...»

Adiós...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora