Capitulo 3

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Hizo una pausa, y entonces asintió. “Sí, _____. Está bien”. Sonreí y me mordí el labio. Su voz tembló.
“Continúa… Papi está mirando”.



Me relajé contra el sofá y cerré los ojos, mientras me acariciaba los húmedos pliegues sin apartar la tela. Encontré el clítoris y gemí ante su sensibilidad, hasta que la barrera entre la mano y el coño se me hizo demasiado pesada. Empujé los dedos por el borde del tanga, entrando en contacto directo con el foco de calor y humedad, y deslicé el dedo índice por entre los pliegues, por la raja empapada. Mientras me retorcía en el sofá, los botones de la camiseta se rindieron, y con un sonido resquebrajado, volaron. Mis pechos quedaron, literalmente, fuera de la ropa.
Abrí los ojos, para encontrarme con la enorme erección de Logan. Se había desabrochado los pantalones y se estaba masturbando con efusividad, y la simple visión de su polla me dejó medio mareada. Joder, era enorme. Mi coño estaba empapado, pero era pequeño y muy apretado, y me pregunté incluso si sería capaz de acoger a aquella bestia en su interior.“_____… has sido muy mala seduciéndome de esta manera”, dijo entre jadeos. “Necesitas un castigo”.


Di un grito ahogado y aparté el dedo, deslizándolo dentro y fuera de mi boca, imaginándome que era su polla. Mis jugos eran dulces y deliciosos, como fruta de verano.

“Mala… He sido muy mala”, gemí. “Aceptaré mi castigo como una campeona, Papi”.

Me levanté y me acerqué a Logan. Al menos de momento, estaba mucho más alta. Miré desde arriba el hinchado glande de su polla y separé mis labios, húmedos y rojos. “Parece deliciosa”, lo provoqué. “Pero no estoy adecuadamente vestida para recibir mi castigo”.

Rasgué la camiseta, enviando los botones que aun quedaban, al suelo de la habitación. Mis pechos oprimidos cayeron hacia adelante, con los duros pezones desesperados por quedar libres del sujetador. Los obligué a erguirse un poco, al echar los brazos atrás y desabrocharlo. Puse uno de mis brazos sobre los pechos, fingiéndome inocente, y lancé el sujetador al suelo.
“Por favor, _____… Déjame ver”.



Parpadeé con las pestañas rápidamente y aparté el brazo, dejando al descubierto mis firmes y turgentes pechos. El aire frío contra mis pezones los hizo endurecerse aun más, y noté que se me ponía la piel de gallina. Me llevé las manos atrás y desabroché la cremallera de la diminuta falda. Cayó al suelo, mostrando el tanga empapado. Al apartar la falda de una patada, me llevé los pulgares a ambos lados del borde de la prenda y tiré de él, tensándolo.

“Ahora voy a quitarme las braguitas, Papi. ¿Es malo que lo haga?” “Sí”, sonrió Logan. “Muy, muy malo”.
Tiré hacia abajo con lentitud, separando mi empapado coño de la húmeda prenda. La bajé hasta los tobillos y entonces me alcé con las piernas separadas, estirando la prenda lo máximo posible. Dejé caer las manos a ambos lados y me coloqué delante de mi padrastro, expuesta y lista para follar.

“Más”, dijo, con la voz temblorosa. “Estira más tus braguitas”. Volví a mover las piernas, separándolas aun más.

Papi mira |Logan| :DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora