Ayer la ví.
Llevaba un vestido estampado que le quedaba perfecto. Su pelo ondulado caía por debajo de sus hombros y sus ojos tenían ese brillo de siempre. Se veía hermosa.
Le pregunté como estaba, me dijo que bien y me sonrió. Sonrió con esa sonrisa que tanto amaba pero que al mismo tiempo me dolía, ella se veía felíz. Se veía felíz sin mí.
Le dije que estaba yendo a ver a mi madre al hospital. Estaba destruído y no solo por mi madre, yo mismo lo destruí todo.
Me contó que ella iba a encontrarse con su novio. Le sonreí lo más sinceramente que pude, aunque se notaba que era una sonrisa amarga. Le respondí que me alegraba por ella. No quería que notara que no la había superado, mas cuando ella si lo había hecho.
Cuando me iba a despedir la quise besar como nunca antes, quería sentir sus labios aunque sea una vez más, pero caí en la realidad. Ella solo se acercó y dejo un beso frío y rápido en mi mejilla junto con un "Chau" que parecía significar su desesperanza.
Ya no somos nada.
Ayer me dí cuenta que después de todo la sigo amando, sigo amando a una persona a la que ya no le importo.
