III

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26 de Agosto de 2010

Querida Sam:

No he visto a los chicos desde el lunes, luego de que Wren me llamara el martes para que me fuera a casa inmediatamente luego de clases.

Sí , Wren volvió a casa; su universidad ha tenido un ligero problema con las cañerías y el agua sale con olor a vagabundo, por lo que han suspendido las clases unos días.

Es raro volver a compartir la habitación, aunque lo hemos hecho desde que éramos niñas.

Cuando salí me fui corriendo. No imaginaba el por qué Wren me habría llamado tan desesperadamente, creí que le había pasado algo a Roby (quien está comenzando a gatear, y si le sumamos la horrible capacidad de Wren con los niños, es razonable pensar cualquier cosa).

Pero no, tenía que ver con Jim.

-Arriba, ahora. -dijo cuándo me abrió la puerta.

Escuché  los gritos de mamá antes de verla a ella y a Jim discutiendo cuando pasé frente la concina. Wren no me dejó detenerme, y me lanzó  una mirada de "te explico ahora, sigue avanzando".

Cuando ya estábamos dentro de mi -nuestra- habitación me dí cuenta de lo seria que estaba.

-Se va.

Fue lo único que dijo, y creo que yo dije algo como "no puede" o "¿qué?" pero en realidad no me acuerdo. Solo sé que lloré mucho, en silencio para que ni él ni mamá escucharan. Y que Wren se quedó conmigo. Y que Roby estaba muy tranquilo durmiendo en su camita, y que daría lo que fuera por tomar su lugar y no tener idea de lo que pasaba.

Es que no puedo imaginarme viviendo en casa sin Jim. En especial desde que Wren se fue a la universidad, la relación con mamá a ido en picada. Pero incluso antes de eso tenía más confianza con Jim. Él siempre ha sido el que mantiene la calma, y de verdad pareciera intentar entenderme y tener una buena relación.

Jim ha sido el mejor padre no-biológico que pueda existir, solo por el hecho de que ha hecho más que mi madre biológica jamás. Y porque sé que se ha quedado con ella los últimos años solo por Wren y yo. (Y ahora Roby). Tiene una fuerza de voluntad enorme, y un corazón de ancianita.

Pero supongo que todos tienen su límite y no puedo enfadarme con él por haber alcanzado el suyo. De hecho le ayudé a hacer sus maletas y decidir qué muebles y cosas dejaría, las que según yo, no debería haber sido ninguna, ya que él ha comprado todo en esta casa. Pero sólo optó por irse con un pequeño sillón para dormir y la camioneta.

Y finalmente se fue hoy (jueves) en la mañana. Lo tuve que convencer para que me dejara faltar a clases y poder despedirlo; un padre estricto hasta el último minuto.

Aguanté las lágrimas hasta que la pintura desteñida de la vieja Pick-up no se alcanzaba a ver, y luego me di cuenta de que no tenía idea de qué haría ahora.

Obviamente podía ir a verlo, me había dado su nueva dirección y una llave. Él iría a recoger a Roby cada fin de semana, pero me refería a qué haría diariamente, cuando Wren se vaya y yo tenga que lidiar con una cuarentona borracha en la sala de estar y cuidar de un bebé.

Tú eras la de las ideas.
Y ahora necesito opciones.

Te extraño (y a tus planes que le sacaban canas a mama),
Alex

Cartas a SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora