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Alan.
Ya era hora de la salida y Jos no daba señales de vida.

— Nos vemos más tarde, Alan — se despidió Ammy, dando un beso en mi mejilla

— Ahí estaré — respondí y Ammy y Fanny caminaron

— ¡Navarro! — Jos apareció

— Canela, es raro verte son tus guaruras detrás

— Que gracioso, Navarro. Entonces, Romeo viene a defender a su Julieta, que patético. — rió

— Más patetico te vez tú.

— Alan, ¿quién querría juntarse con la sin ojos? Perdón, Ammy

— Alguien que tiene cerebro y no solo busca diversión en chicas. Y vuelve a decir eso de Ammy, y serás tú el sin ojos — golpee su ojo.

De inmediato, todos comenzaron a gritar, “pelea, pelea, pelea”

Ammy.
Comencé a caminar con Ammy. Después de unos segundos, todos comenzaron a gritar, “pelea, pelea, pelea” .

— Ammy, se pelean por tí — rió Ana

— ¿Qué? — pregunté confundida

— Alan y Jos pelean allá.

— No es Alan, ¿verdad Fanny?

— Al parecer si Ammy – respondió ella

— Llévame allá

Caminamos a la pelea.

Alan.
— ¡QUE ESTÁ PASANDO AQUÍ! — gritó el director y dos alumnos más, ayudaron a separarnos.

— José, molestaba a Ammy — hablé cuando esta de pie.

— No es verdad — se defendió Jos

— Mañana hablaremos sobre esto, tengo que irme – ¡Que gran solución!, pense

— Esta bien director — hable

— Me las vas pagarás, Navarro — dijo Jos enojado, tocando su labio que sangraba

— Cuando quieras, Canela — dije

Tome mi mochila, estaba apuntó de irme, hasta que ví a Fanny y Ammy.

— Ammy, hoy no podré ir a tu casa, ¿mañana estaría bien? — pregunté cuando estuve frente a ella

— Eso ahora no importa Alan, ¿estás bien? — pregunto, y por el tono en que habló supuse que estaba preocupada

— Sí — respondí

— Alan, no estas bien, tu ceja esta sangrando demasiado al igual que tu labio — hablo Fanny

— ¡Alan! Vámos, le diré a papá que te lleve a casa para curar tus heridas.

— No es necesario Ammy, estoy bien

— Claro que es necesario Alan, vámos.

Caminamos al coche de su padre.

— ¡Ammy! — saludo su padre dando un beso en su frente

— Papá, podríamos llevar a Alan a casa para que mamá cure sus heridas

— Buenas tardes señor, soy Alan, Alan Navarro — me presente

— Olvide presentarlos, lo siento, papá él es Alan, Alan él es mi padre, Antonio

— ¡Alan! Un gusto, gracias por defender a mi princesa — estrechó mi mano

— El gusto es mío señor, no tiene nada que agradecer .

— Papá, ya podemos irnos — asintió y subimos al coche

Después de 15 minutos llegamos a su casa, era linda. Entramos

— ¿Mamá, me ayudarías a curar las heridas de Alan? — pregunto Ammy

— Hola amor — dió un beso en su mejilla — ¿Alan? Tú eres Alan, Ammy nunca deja de hablar de tí

— Mamá, eso es cierto — se sonrojo

— Soy Alan Navarro señora, un placer conocerla, gracias por los panques, estan muy ricos

— El placer es mio Alan, que bueno que te gustaron, pero vámos a curar esas heridas

La madre de Ammy curo mis heridas y después, me invitó a comer.

— Estuvo muy rica la comida señora, muchas gracias, pero debo irme, un gusto conocerlos. Hasta luego. — me levante de la mesa

— Te acompañó a la puerta Alan — Ammy se levantó y me dirigio a la puerta.

— Gracias por traerme a tu casa y curar mis heridas. Nos vemos. — dí un beso en su mejilla

— No tienes nada que agardecer, al contrio, soy yo la que tiene que agracederte. Gracias por defenderme, Alan — se acercó a mì y me abrazó

— ¿Mañana vendré a ayudarte a tus trabajos? — pregunte

— Sí. Puedes venir antes, si quieres.

— Esta bien, nos vemos en el Instituto, adiós — de nuevo dí un beso en su mejilla.

N/A
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Notas » A.N. « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora