Pequeño Cometa

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Aún no salía el sol; era de noche... la luna se mostraba en su etapa de menguante gibosa dando no tanta luz como de costumbre. Pero había algo raro... las estrellas brillaban más que cualquier noche.

"Eran más o menos media noche, los comercios ya estaban cerrados desde hace tres horas pero un pequeño niño albino; tanto en su piel, cabello y ojos de no más de ocho años; aún caminaba solo por las calles de aquella ciudad fantasma nocturna. Las luciérnagas rodeaban a aquel pequeño dándole un aspecto fantasmal, aún así era adorable.

Una mujer de no más de treinta años, la cuál acostumbraba pararse en una de las esquinas de la ciudad miró al niño el cual hacía su caminata nocturna... en la cara de la mujer se dibujo una expresión de confusión y se acerco al pequeño infante, observo que en el rostro del niño y pudo notar que en este no había mucho sentimiento... por así decirlo, estaba serio.

La mujer se preocupó por él y se acerco... pero al estar a una distancia de un metro del niño un rayo de luz, como una estrella fugaz iluminó el paisaje nocturno... curiosamente, cuando esa luz ya había desaparecido, la mujer estaba tirada en el suelo; y el albino había desaparecido..."

Éste fue el testimonio de un hombre en una taberna en el centro de la ciudad, muchos chismes se formaron horas después de haber escuchado la historia relatada por el hombre... se extendieron por toda la región¸ los padres ponían más atentos de los niños con los cuales jugaban sus hijos, todos querían ver si el niño albino volvía a aparecer.

Esto no sucedió si no meses luego de que el rumor se expandiera; un pequeño niño de ocho años jugaba con un niño de su misma edad. El rumor ya se había olvidado un poco, pero varios seguían pensando en esto, y la madre de uno de los niños eran uno de ellos... al asomarse para ver a su hijo notó que el otro niño era albino ¿Era el mismo? ¡Sí lo era! El niño albino jugaba con su hijo y ella no lo sabía.

El nuevo rumor aún más fresco volvió a rondar en los bares y en los salones de belleza: el niño volvió a aparecer, ésta vez habían dos testigos, la madre y el hijo.

"Él ñon me dijo su nombre, pero era muy divertido *risitas* creo que me dijo que es el hijo de la luna, pero no estoy seguro... no se parecen, sólo se nota que ambos son blancos."

Eso fue lo único que se le pudo sacar al niño... creo que será bueno mencionar que el nombre era Thomas Van Moore, ya que es importante para el resto de la historia.

Cinco años pasaron, cinco largos años en los cuales el rumor del hijo de la luna había desaparecido casi por completo... Casi. Aún la madre del niño Van Moore lo recordaba, pero sin darle importancia a aquel niñato.

Un día de invierno en el cuál la nieve caía lenta y dulcemente, una pequeña batalla de bolas de nieve se desenvolvía, hermano contra hermano, codo a codo; el menor ganando por la torpeza de su mayor. A pesar de que el menor sólo tenía seis años, podía derribar a su hermano de trece con una bola de nieve, cosa que estaba logrando. Lanzaba las bolas como una pequeña metralleta pecosa mientras que el grande caía al suelo siendo convertido en una bola de nieve gigante.

— ¡Piedad, joder! Ya... me rindo. —Gimió el grande aún siendo atacado por su menor.

— ¡Ha ha! Eres patético. —Dijo el pequeño triunfante mientras reía

— ¡Ya verás! Me vengaré. —

La discusión de ambos chicos fue interrumpida por el llamado de su madre a comer, ambos entraron a la casa quitándose la ropa abrigadora sólo dejándose lo normal: un suéter al cuerpo, pantalón y zapatos (y la ropa interior, obviamente).

Algo cerca de esa casa, se paseaba un niño "normal" con las manos en sus bolsillos, aunque no era precisamente un niño... era más... un pre adolecente, bastante alto en realidad, no más de trece años demostraba ese... ¿Albino?


Hijo de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora