But i'll stay

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Siente los dedos inquietos moverse sobre el frío vidrio del botellín de cerveza deseando rememorar cada trozo de piel que tuvo a su alcance durante una noche y al día siguiente aún pudo observar desnuda, envuelta en sus sábanas sin nada de pudor a pesar de pertenecer a un adolescente cuya virginidad robó y disfrutó tal como lo haría el más mundano de los demonios al corromper la pureza de un alma blanca.

Se sintió sucio al despertar y darse cuenta que tal acto los había condenado a una vida de recuerdos donde el cerrar los ojos lo transportaría hasta esa mañana donde huyó como un cobarde evitando dar explicaciones que Stiles nunca le pidió y tal vez no le pediría jamás.

El botellín está frío, como un cuerpo muerto en sus manos o una rosa intentando sobrevivir al invierno y él no puede hacer nada más que soltarlo y levantarse del banco rogando al cielo que esta noche no se repita o la imagen en su cabeza se pierda entre todos sus tantos recuerdos escondidos. No quiere pensar en la piel pálida siendo tocada por otras manos cuando apenas una semana atrás había sido suya, tan suya que durante días pudo ver la marca de sus dientes en su cuello cuando el humano giraba la cabeza a la izquierda y que Odín lo perdone pero aún sigue deseando haber dejado más chupetones en sus muslos delicados y fuertes.

Puede sentirse desdichado mientras piensa que la felicidad del mundo fue suya por una noche donde se permitió planear un futuro pero aunque ahora mismo esté mirando a Stiles bailar con un extraño no puede disculparse consigo mismo por darse falsas esperanzas.

Sus pasos pesados se dirigen a la salida del bar intentando dejar todo atrás a pesar de que siente la mirada de sus betas clavada en su espalda como una flecha eléctrica que lo obliga a buscar a su atacante. Casi se ríe al darse cuenta de que nadie le ataca y todo es parte de un sistema forjado por un titiritero para ser él quien termine de pie en la acera cuando Stiles sale con el mismo chico, tomados de la mano y riendo por algo que no tiene gracia o eso quiere creer.

-Stiles -Lo llama al darse cuenta de que van directo al auto del otro sujeto y eso sólo puede tener un final. -¡Stiles! -Llama más fuerte logrando atraer la mirada de los dos.

La piel de sus manos arde cuando el adolescente da un paso en su dirección y el otro chico lo detiene.

-¿Se te ofrece algo?-Pregunta con ese tono que usan muchos cada vez que intentan hacerse los machitos.

Es de cabello rubio, ojos azules, nariz afilada, sin nada llamativo además de su físico típico de niño bonito.

-Llevaré al chico a su casa -Dice con ese tono de voz profundo que la naturaleza le obsequió.

-Eso lo haré yo -Dice el acompañante de Stiles pasando uno de sus brazos por los hombros delgados del beta.

Desde el lugar donde está Derek puede ver la mueca en el rostro del hijo del Sheriff, es incomodidad y vergüenza y si él lo puede ver claramente el otro chico también pero no lo suelta.

-Stiles -Repite llamándolo como lo haría un alfa.

-Debiste haberme dicho que tu ex novio estaba aquí -Stiles vuelve a tensarse, está vez incluso se hace un poco más pequeño.

Ni a Derek ni a su lobo les gusta eso. Ambos prefieren verlo juguetear con sus dedos, nervioso porque así está en su naturaleza y no porque alguien lo ponga incómodo.

-No soy su ex novio -Dice Derek empezando a caminar hacia ellos.

Puede notar que su única intención es acostarse con Stiles y aunque él hubiera hecho lo mismo el adolescente merece más. Merece todo lo que una persona pueda entregar. -Vamos, Stiles.

-No quiere ir contigo -Habla el mal tercio -Dile que no quieres ir con él.

Stiles baja la cabeza y suspira dando un paso en dirección a Derek.

Es en cámara lenta, la punta del pie primero, el talón y entonces los dedos del otro chico se cierran con fuerza sobre el hombro del humano.

En ese momento Derek desea no haber salido nunca del bar o del loft, se estaría ahorrando muchas sensaciones que se le atoran en la boca del estómago impidiéndole respirar con normalidad por causa del coraje o el estrés que siente al tenerlo tan cerca.

-Tú no quieres ir con el -Murmura el chico tomando el rostro de Stiles en sus toscas manos.

Puede oler el miedo del adolescente revuelto con desesperación.

-Ya suéltalo -Ordena terminando la distancia que le queda para poder alejar sus manos del cuerpo que fue suyo.

-No te metas -Le espeta el rubio -Déjalo que decida con quien quiere pasar la noche, si contigo o conmigo. Déjalo que decida con quien follar.

-Cállate -La voz le sale más baja de lo que esperaba pero su agarre no mengua sobre la muñeca del humano.

-Vamos, Derek -Dice Stiles por primera vez. Su voz, igual que su cuerpo gritan vergüenza.

-Ven aquí, Stiles -El rubio se acerca, alcanza a tomar el brazo del humano y tira de él como si fuera un juguete.

Es un acto reflejo lo que lleva a Derek a empujarlo y atraer al beta a su cuerpo.

No dice nada, sólo rodea su cintura con un brazo y camina unos cuantos pasos hasta el toyota.

Suelta a Stiles justo a tiempo cuando el rubio se acerca a ellos con toda la intención de atacar y sinceramente no hay nada que ayude a Derek a comprender por qué lo hace hasta que se da cuenta de que su puño se estrelló contra su rostro.

-Derek, Derek, Der -La voz de Stiles suena cerca de su oído y sus manos están tibias en torno a sus brazos. -Tranquilo -Susurra.

El lobo desea no haberse dado cuenta del efecto que tiene ese simple humano sin siquiera proponérselo porque duda mucho que sepa que inspira a ser territorial a pesar de que muy dentro sepan que no pertenece a nadie y él desea tenerlo por completo, no sólo su cuerpo, también su corazón porque el a cambio le daría hasta su alma y su razón.

-Vamos -Le pide Stiles con ojos suplicantes y sus manos subiendo de sus brazos a su cuello.

-No lo vuelvas a hacer -Le ordena el alfa tomando sus muñecas lejos de su cuerpo -No dejes que nadie te toque.

Su aliento se mezcla con el del adolescente trayendo a su memoria los besos que se dieron y los que se aguantó al amanecer. Inclina su cabeza tocando su frente con su nariz, deslizando sus labios despacio hasta los del adolescente.

Desea que le rechace pero también que le corresponda a pesar de que ese beso puede ser tan ficticio como otros.

Stiles se mueve un poco más cerca con sus dedos apretados en torno a nada por el agarre del lobo y aun así lo único que puede hacer es acariciar sus labios con los propios. -No estabas -Murmuró con los ojos cerrados -Te habías ido.

La voz se le rompió un poco al recordar la imagen que le regaló el espejo luego de asegurarse de limpiar todo para que Derek no tuviera que torturarse con lo que había pasado la noche anterior sin saber que el hombre frente a él no deseaba nada más que empaparse del aroma de los dos recordando cada pequeña caricia y deseando más.

-Tenía miedo -A Stiles se le escapó una sonrisa.

-Yo jamás podría irme pero si no sientes lo mismo que yo, no puedo quedarme -Las manos del lobo dejaron de ejercer fuerza sobre las muñecas del humano.

-Quédate, no sólo ahora, siempre -Los labios se rozaron una vez más intentando prometerse algo que estaban cumpliendo desde el día en que se conocieron.

El aire helado les movió el cabello llevando los estremecimientos hasta el punto en que no hubo ningún problema en abrazarse recargados en el Toyota, con el cielo sobre ellos y nadie más dispuesto a interrumpirlos.

Al día siguiente podría verlo al despertar, besarle y subir su camisa para poder deleitarse con las marcas que había dejado la noche anterior y sin ningún temor lo tomaría de nuevo porque a final de cuentas era suyo y siempre había sido así.

The mind says No!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora