Lamentable es saber que tengo clases otra vez con el dios griego a las 7 de la mañana, creo que los horarios son armados por simios; solo ellos podrían poner clases dos días seguidos a las siete de la madrugada. Tendré que acostumbrarme al horrendo horario de este semestre.
Veo los rayos del sol atravesando mi ventana y sé que es hora de salir de la cama si es que quiero llegar a clases del bombón ese, digo profesor ese. Debo suprimir las ganas únicas de ir a clases en pijama, a pesar de que el día parece soleado decido abrigarme, porque siento muchísimo frío; estos son los efectos de quedarse leyendo fics de Fifth Harmony hasta las 4 de la mañana sabiendo que tienes clase a las 7. ¡Ni más lo vuelvo a hacer! Dilato todo el tiempo que puedo para tener que ir a clases y escucho que mi vecina ya le está gritando a sus hijos que se hacen tarde para el colegio, lo que quiere decir que yo ya voy muy retrasada, decido ver la hora en mi celular y me doy cuenta que está apagado, ¡oh no! me dormí porque se me apagó el celular leyendo el fic y ya no lo puse a cargar; en fin, tomo el cable del cargador y decido salir, ni siquiera noto si voy peinada. Paso por la cocina y veo que aún tengo veinte minutos para llegar a clases, tomo un gran vaso de jugo que encuentro en la mesa de la cocina (gracias mamá); salgo de la casa con los audífonos conectados al ipod, doy play en reproducción aleatoria y la primera canción que sale es Cold Water, camino con mucha paciencia hacia la universidad y de pronto siento que alguien me observa desde un auto negro, decido voltear disimuladamente y noto que es el guapísimo maestro de económico, ¡oh dios. qué vergüenza!, me sonrojo y me agacho, espero que no me haya visto.
-¡Lexie! - escucho que alguien me llama, y por el tono, ya sé que es el profesor.
-¿Ah? Buenos días, maestro. - le digo tímidamente.
-Sube. - me dice, y abre la puerta del copiloto.
Considero mis opciones por un par de segundos y me doy cuento que se estacionó en medio de la nada y el resto de carros hacen filas atrás, tras unos segundos más empiezo a escuchar el sonido de los cláxones de personas enojadas, por lo que decido subir al auto. Ni bien entro me siento incómoda por lo que me agacho para esconder lo sonrojada que me encuentro. Y susurro un pequeño 'gracias' a lo que Tim responde 'vamos de camino al mismo lugar'.
Pasan al menos 30 segundos antes de que yo reaccione ante el sonido de su auto, aquel sonido que avisa que el copiloto lleva el cinturón de seguridad desabrochado, y cuando ya estaba pasando el sonrojamiento, vuelve una vez más y me lo abrocho. Miro mis manos y sigo avergonzada.
-No eres muy comunicativa, ¿verdad? - dice él.
-Hmmm, creo que no. - sueno lo más seca posible.
-Vaya, qué contundente. - dice el maestro en un tono un poco incómodo.
Sigo mirando mis manos y al fin levanto la vista y veo que ya estamos en el estacionamiento de la universidad, espero que se estacione y bajo rápido e intento tomar un camino diferente al suyo para dirigirme al aula. Llego al salón y él ya está sentado y me doy cuenta que no hay nadie más, veo la hora en el reloj del salón y ya van diez minutos desde que ses supone debía haber empezado la clase, me pregunto, por qué nadie habrá llegado aún.
-¿Así son siempre tus compañeros? - me dice el maestro.
-¿Así? ¿Cómo? - le digo sorprendida y sin entenderlo.
-Que no llegan a clases a la hora... - me dice.
-Hmmm, no, la mayoría de ellos no han sido mis compañeros nunca, las únicas dos personas que conozco en esta clase, no vinieron ayer, y al menos una de ellas no creo que venga hoy, porque está de viaje.
-Bueno, esperaré diez minutos más, si no tomaré lista y tendré que hacer clase solo contigo. - y me dedica una mirada oscura y cargada de misterio.
-Oh vaya... - digo lo más bajo que puedo, y me dirijo al enchufe más cercano para poder cargar mi celular, tomo asiento al costado del interruptor y espero unos minutos a que mi móbil se encienda...
Empiezo a mandarle mensajes a Angie pero pierdo esperanza en que me conteste cuando veo que su última conexión fue a las dos de la mañana. Me quedo mirando a la pantalla del celular cuando veo la sombra de la puerta cerrándose, levanto la vista y veo que el maestro es quien ha cerrado, me pongo muy muy muy nerviosa e intento calmar mis respiraciones. Para mi buena suerte alguien toca la puerta y son dos compañeras. Nunca había estado tan feliz de ver personas llegando a clase. Noto al dios griego, digo maestro, un poco molesto. Llama lista y empieza a explicar la primera clase...
Después de diez minutos intentando entender los conceptos básicos del curso, me pierdo en mi mundo y en sus ojos. De verdad creo que me siento demasiado atraída por este sujeto, nunca me había sentido tan incómoda en la presencia de un hombre, siempre me había dado igual, pero ahora no. Me doy cuenta que estoy garabateando en mi cuaderno y sigo en mi ensoñación, cuando...
-Lexie, por favor lee el concepto. -es él otra vez, con esa voz tan penetrante que tiene.
Y bueno me acabo de dar cuenta que están sacando los conceptos de los códigos, y mi código está guardadísimo en mi bolso.
-Estee..., ¿Me podría repetir el artículo? por favor - le digo en un tono avergonzado que casi ni se oye.
-Por favor, ¿alguien más ya lo encontró? - dice; y ahora suena enojado.
Una de las otras dos chicas que está en clase lo lee, justo en ese momento vibra mi celular y veo que es un mensaje de Angie que dice ''Lo siento, no pude ir hoy, me quedé dormida. Nos vemos la siguiente clase.''
Veo la hora en mi teléfono y ya faltan 15 minutos para salir, pero el maestro da la clase por terminada, y las compañeras de adelante toman sus cosas, se paran y se van. Yo estoy en el mismo proceso cuando escucho que el profesor me dice:
-No, tú te quedas. Tengo que hablar contigo. - el tono que usa para decirme esa palabras, hace que un leve escalofrío recorra mi espalda.
Me sonrojo, tomo toda la valentía del mundo posible y le digo:
-Lo siento, tengo otra clase. Adiós.
Y sin más, tomo mis cosas lo más rápido posible y salgo disparada como un rayo del aula.

ESTÁS LEYENDO
Profe, soy su tributo
Short StoryLexie es una chica tranquila y callada que siempre se ha dedicado a estudiar y pasar desapercibida. Los problemas del corazón no son lo suyo. Cuando pasa al sétimo ciclo de la universidad, le sucederá algo que la cambiará para siempre... conocerá a...