II. Lauren

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Una joven chica de cabello rubio, ojos claros y labios rosados caminaba por las frías calles, con un vestido rojo.

Se encontraba sola. "Parece borracha y cansada", pensó Helen al verla a lo lejos.

Era de noche y todo estaba oscuro. No había mucha vida por esas calles sobre aquellas horas. Pensó en raptarla, pero se detuvo por unos segundos a pensar qué es lo que haría con ella.

— ¿Matarla, hacerla sufrir o tenerla como esclava hasta que me aborrezca de ella? — dijo en un tono suave y cálido, mientras un poco de humo salía de su boca fruto del frío que recorría las calles.

Pensó en varías cosas, mientras la vigilaba a lo lejos para no perderla de vista. Puso la máscara sobre su rostro, agarró su cuchillo y al cabo de unos segundos tuvo a la chica inconsciente entre sus brazos.
La cogió en brazos y la llevó hacía su casa, donde la dejó en un rincón con las manos atadas.

Mientras esperaba a que despertara, agarró un bote de sangre y un pincel, y empezó a dibujar de nuevo, pero al rato escuchó un pequeño ruido que provenía de la chica. Se estaba despertando.

La chica al ver al chico gritó, expresando el miedo que recorría todo su cuerpo. Él reaccionó dándole una patada en la cara, dejando a la chica con lágrimas en los ojos.

— No deberías haber gritado — dijo con voz sería.

La chica temblaba de miedo y oculto su rostro entre sus brazos. El chico soltó una leve risa y se agachó a ella, la agarro del cuello haciendo que la mirara.

— La próxima vez que vuelvas a gritar mi cuchillo estará clavado en tu cuello— después de decir esto, se levantó y siguió pintando.

La chica se quedó en un rincón con la cabeza entre las piernas, temblando por el miedo que tenía en su cuerpo. Mientras tanto, él seguía pintando.

Después de terminar de dibujar, el chico la bajó al sótano y la inmovilizó en la pared con unas esposas y una cadena.

Después de todo eso salió a la calle y fue en busca de la siguiente víctima, esta vez un hombre llamado Robert. Un simple empresario de unos 35 años,  casado y con hijos. "Qué mejor forma de destrozar una familia", pensó Helen, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

The Painter| b.p |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora