Epílogo.

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Rubén era un pequeño niño de 6 años, era gracioso, loco, le gustaba estar fuera de su casa todo el día y siempre provocaba algunas travesuras con sus amigos. Aún así, por dentro era tímido, amable y sobre todo era un niño bien educado por su madre. Rubén siempre tuvo admiración por los videojuegos y siempre soñó con vivir de aquello que le fascinaba.

Por otro lado se encontraba la pequeña Emily, una dulce niña de 5 años que era todo lo contrario de Rubén. A Emily le gustaba quedarse dentro de su casa realizando "obras de arte", era tranquila, educada, un tanto tímida y siempre cuidaba de su pequeña mascota, una gatita llamada copito. Para Emily su única pasión era el baile, y siempre soñó con ser una gran bailarina, quería ser reconocida en grandes institutos de baile, era por eso que también pasaba la mayoría de su tiempo practicando técnicas de baile un tanto complicadas, pero eso nunca la detuvo.

Con el paso de los años estos dos niños fueron creciendo y poco a poco ambos fueron compartiendo una sola cosa. Ellos se odiaban mutuamente. ¿El origen de este odio?, pues fue a partir de que Rubén comenzó a hacerle bromas a Emily a sus 8 años de edad.

Ambos comenzaron a competir generalmente por todo, Emily al ser una niña aplicada le habían adelantado un año en la escuela, provocando que se topara con Rubén. A partir de ese momento ambos provocaban conflictos dentro de la sala en donde se encontraban ambos. Incluso en una "guerra" que habían planeado, habían dejado herido a dos niños, pero eso no los detuvo en ningún momento.

Con 12 y 13 años, los ya adolescentes Rubén y Emily ingresaron a la secundaria, ellos aún seguían cegados por la competencia y el odio que se tenían, además ellos realizaban pequeños retos en el receso, algunas veces ganaba Rubén, pero en otras ocasiones Emily se quedaba con la victoria, provocando así que Rubén se enfureciera a tal punto de que un día decidió ir con sus amigos a darle un merecido a Emily. 

Emily en esos años de la secundaria sufrió bullyng por parte de Rubén y sus amigos, pero ella aún así se mantenía de pie y nunca dijo una palabra al respecto.

Al finalizar la ESO ninguno de los dos se había vuelto a dirigir la palabra, aunque esto no impedía que de vez en cuando cada uno se realizara una broma, después de todo ellos eran vecinos y no les parecía nada amigable despertar cada mañana para luego dirigirse hacía la ventana y encontrarse cara a cara.

Todo continuó de la misma manera por un largo tiempo.

Habían pasado 20 años desde la primera vez que se conocieron, demasiado tiempo para dejar de lado todo el rencor, pero para ellos hacer las pases nunca les será de su agrado. Aunque puede que con el tiempo el odio irá desapareciendo y quizás éste se pueda ir transformando en otro sentimiento... 

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M.

Mi vecino, mi enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora