00: cuando lo ví por primera vez

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-Krystal, está ya no es gracioso; ¿donde estás? Volveré a contar-grite corriendo y con las lágrimas saliendo de mis ojos

No encontraba a mi hermana desde hace un rato, y ya estaba a punto de oscurecer; y sí no la encontraba mis padres me iban a regañar y me daba miedo que Krystal se perdiera.

Yo seguí corriendo tan fuerte, que no me fijé por donde iba y me caí al suelo.

Mi cara se golpeó fuerte contra el duro suelo y una de mis piernas empezó a doler mucho. Mi vestido blanco estaba completamente arruinado, y Krystal aún no aparecía. Mis lágrimas empezaron a salir con más fuerza y ya no me quise levantar.

-¿Estas bien?-escuche y sentí la presencia de alguien al lado mío

¿Entonces alguien me vio? Mis mejillas se pusieron rojas, me dió mucha pena.

-S-si-traté de levantarme pero mi rodilla empezó a doler mucho, me quejé

-Yo te ayudo-me sentó de tal manera que mi cabeza ya no daba contra el suelo

Y lo ví. Y la verdad es que no me arrepiento.

Era el chico más lindo que había visto en mi vida. Su cabello castaño estaba peinado casualmente y sus rasgos eran tan bellos. Aigoo, ¿que estoy pensando? Mis mejillas se pusieron rojas.

Así no es como piensa una niña de 10 años.

-Dios, te has lastimado muy feo esa rodilla-y sí, miré mi rodilla y se había raspado muy feo, como había dicho él-Espérame un segundo, no tardó- y se echó a correr y a los pocos minutos ya estaba de vuelta con un trapo mojado

Me asusté, porque pensé que iba a arder y a dolerme mucho; y el aparentemente se dió cuenta. Y me dió una sonrisa reconfortante.

Olvidenlo, su sonrisa era lo más hermoso de él.

-Tranquila, no va a doler tanto-tomó mi pierna y empezó a pasar el trapo por mi rodilla; y es que... no sentí nada de dolor.

Cuando lo ví sonreír, sentí que todo aquel dolor físico se fue; como si nunca hubiese estado ahí dicho dolor. Fue como la cura a todo lo malo.

-Listo, ¿ves? No dolió-me sonrió de nuevo; y yo me sonroje-Olvide la bendita, pero si quieres vamos a comprar una aho...

-¡Alex!-mi hermana mayor apareció gritando-¿Dónde estabas? Te estaba buscando

La mire confundida.

-Pero yo te estaba buscando a tí...- dije extrañada-¡Incluso me asustaste, no aparecías!

-Ah, que ahora te preocupo-me miró burlona, después dirigió su mirada a mi rodilla raspada recién sanada por el chico de ahorita, el semblante burlón de mi hermana se borró enseguida-¡Mierda! ¿Qué te pasó?-cubrió su boca de inmediato-Lo siento, la mala costumbre de América; ¿estas bien?

-Se cayó y se raspó la rodilla, pero yo la he tratado de sanar. Sólo necesita un bendita, justo estaba diciéndole que podía ir a comprarla y...-mi hermana lo fulminó con la mirada

-No, tenemos benditas aquí; ¿nos has visto cara de pobres o algo?-y de nuevo mi hermana se empezó a comportar terriblemente mal con alguien que quisiese ser mi amigo, siempre ha sido así; incluso en América

-No... de hecho...bueno... yo mejor me calló- sonrió nerviosamente, lo cual me hizo sonrojar de nuevo

-Bien, entonces ya lárgate-Krystal lo corrió de ahí

-Ya me iba, mis amigos me están esperando -se agachó en manera de despedida, como lo hago con mis padres cuando los saludo-Por cierto, soy Yuta; Nakamoto Yuta


-Alex, Alexandra Jung-me despedí de mano, con mis mejillas todavía rojas

Vi como salía corriendo y fue a la casa de enfrente, donde unos chicos lo esperaban afuera y entró a la casa con ellos.

-¡Idiota! ¡Ese puede ser un mal chico!-me dió un golpe en la cabeza, a lo que yo me quejé enseguida

-¿Qué está mal contigo? Él me ayudó y se portó muy bien conmigo mientras tú te estabas haciendo tonta por ahí-le reclamé molesta, ella me volvió a golpear, yo la volví a mirar furiosa-¡Yah!

-¿Qué no lo notaste? Él es mayor que tú, tonta-me gritó de vuelta, yo la ignoré ahora-Él puede tener 13 o 14 años y tú aún eres una niña, ¡y una muy tonta!

-Ya déjalo, entremos a casa antes de que mamá me regañé aún más feo-entramos a la casa a la que recién habíamos llegado ayer; y sí, mi mamá me regaño a mi por ensuciarme, a Krystal por hacerme la tonta broma y a ambas por jugar a pesar de ya estar grandes.

Después de haberme duchado y ponerme mi pijama, cuando estaba a punto de dormir; el chico que me había ayudado hoy aún estaba grabado en mi mente.

Yuta, se llamaba Yuta. No era de por aquí; lo he supuesto por su nombre. No sé de dónde sea, pero... ¿que importa? Fue tan lindo y tierno conmigo. Sólo tenía en mi mente la esperanza de volverlo a ver y quería que fuese en cuanto antes.

Empecé a sentir unas pequeñas cosquillas en mi estómago, ¿me estaré enfermando? No lo sé, pero sólo se que aparecen cada que pienso en él. ¿Pensar en alguien te hace sentir enfermo?

O sí linda, te estás enfermando de puro amor.

Smile Boy | Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora