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Anaïs mira él cuarto del bebe y la emoción la embarga. Esta demasiado emotiva en estos días. La cercanía de Everett la pone sensible. Él la trata como a una princesa pero lejos de tratarla como a una mujer. Suspiro acomodando un bonito oso de peluche regalo de Lin en la cómoda blanca y tomo él pincel para seguir pintando él mural. Eran varios personajes de cuentos tomando él te en una ronda con colores pastel. Everett la había ayudado a pintarlo y ahora estaba dándole los últimos toques. La habitación aireada recibía él viento del rio tibio en esta época y ella se apoya en la baranda del balcón disfrutando de la brisa. Anaïs siente una mano rozando suavemente su cabello y sonríe

_ viniste temprano_ susurra y apoya su cabeza en el hombro de Everett

_ Rebecca llego de su viaje_ dice con aire preocupado y ella se tensa y él como siempre lo nota_ tranquila bebe ya le deje claro que si intenta hacer algo para separarnos o hacernos daño me las pagara muy caro_ dice

_ no puede separarnos E no estamos juntos..._ dice ella con un dejo de tristeza

_ seremos los padres del pequeño escritor, claro que estamos juntos Anaïs..._ susurra él

_ Pero no somos una pareja, un dia encontraras una chica o querrás salir con alguien y yo no podre decir nada porque solo somos mejores amigos que tendrán un hijo juntos. ¿Cuántas mujeres crees que soportaran que vivas con la madre de tu hijo?_

_ Cuando eso pase lo resolveré y si ella tiene un problema simplemente quedara fuera Anaïs, nadie va a manchar esta amistad _ dice firme y ella asiente con tristeza.

Bajan a comer algo y luego Everett se despide para ir de nuevo al bar dejando a Anaïs con una tristeza que le cuesta disimular.

Mientras tanto Rebecca camina por su ático furiosa. Aun no puede creer que ese idiota de William le haya hablado de esa manera. A ella que tiene que sacarse de encima a los hombres. A ella que tiene que desechar citas con millonarios y acaudalados herederos. La hizo sentir como una tonta niña rica aburrida. Se da un baño de sales especiales que normalmente la calma pero no hay caso ni si quiera él champan le hace buena compañía hoy. Cansada de estar en él agua toma la bata y sale. Va a la cocina por más champaña cuando suena él timbre y se pregunta quien será quizás algunas de sus amigas que sabe que regreso. Se arregla la bata y abre para encontrarse con la imponente figura de William mirándola de arriba abajo.

_ ¿que...?_ empieza a decir ella pero él no la deja continuar, entra y la toma en brazos besándola apasionadamente. Este no es uno de esos chiquillos idiotas enamorados de ella. Este es un hombre. Cierra la puerta de una patada sin dejar de besarla y la lleva hacia él amplio sofá de la sala. En segundos la desnuda y la lleva bajo su cuerpo. Ella se deja ir porque no puede reaccionar. Este hombre la está sacando de esa zona de confort en donde ella siempre es la que manda en la cama. Mientras siente él beso de William él se quita la camiseta revelando un cuerpo maduro y trabajado. Se baja los pantalones lo suficiente como para que Rebecca quede impresionada con su tamaño y abre un condón con sus gruesos labios. La consume en besos de nuevo, ella se deja llevar olvidándose de todo. Él la posee dejándola sin sentido. La usa para su placer llevándola al éxtasis y a penas dejando que se recupere cuando comienza de nuevo. Moldeándola como masilla y llevándola a un infierno de placer del que no quiere volver. Cuando al fin después de un largo rato él se viene llevándola al cielo de nuevo todo queda en silencio excepto por sus respiraciones entrecortadas. Él la toma de la nuca y la besa fieramente dejándola de nuevo sin aliento

_ y ahora morena te levantas y me haces esa cena de la que habías hablado_ casi sin poder creerlo ella asiente y se levanta tratando de tomar la bata pero él la toma y le dice_ nunca dije que pudieras vestirte _ ella asiente asombrada y va a la heladera preguntándose como hará para no quemarse cocinando... pero un momento después William viene detrás y le coloca su propia camisa y la abrocha un poco al frente_ no quisiera que quemes esa bonita piel cocinando para mi ¿ entiendes?_ ella dice que sí y él le da otro beso y le da una palmada en el culo haciéndola saltar. Rebecca comienza a cocinar preguntándose qué demonios acaba de pasar...


Anais...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora