El regreso

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Miércoles 07 de octubre de 2015


hola, hace mil años que no escribo y ando muy caliente, así que empezaré:


Recuerdo que cuando era pendejo veía weas masoquista, me encantaba me imaginaba a alguien que me tenía amarrado en una pieza oscura y fría, pero después venía alguien de cuerpo varonil y maduro con una barba corta no de viejo pascuero si no de universitario y se metía en ella, comenzaba a desvestirse lentamente partía con la camisa, en cada botón que sacaba se podía apreciar su cuerpo velludo y musculoso, sus manos venosas y gruesas quizás de tanto masturbarse. Después se desabrochaba su pantalón primero se sacaba el cinturón y lo dejaba a un lado cerca de él, después se sacaba los pantalones, le costaba un poco que bajara en la parte del pico, ya que tenía un bulto largo y grueso que lo impedía, dejaba ver sus piernas musculosas y velludas, solo se quedaba en boxer.


Ya terminada esas acciones tomaba el cinturón, y con sus manos gruesas y venosas me comenzaba a acariciar lentamente el culo, lo agarraba y lo apretaba y hacía un recorrido completo hasta llegar el ano, con intenciones de meterme los dedos, en ese instante se abre la puerta, era un joven moreno, con cara de angustiado. El masoquista va rápidamente donde este joven y lo agarra del cuello, el joven le dice que lo vino a ver, se habían quedado de juntar aquí, en la pieza. El masoquista lo suelta y le dice que se saque la ropa, yo estaba desnudo y amarrado, mientras el joven se desviste el me comienza a azotar con el cinturón, me da y me da hasta dejar marcas, yo lo disfrutaba, después me comienza a dar fuertes palmadas en mi culo dejando la marca en su mano y me mete tres dedos inmediatamente, yo grité de dolor, no era excitante aquello, vi al joven y asustado huyo a la puerta, pero el masoquista corre donde el y lo agarra del pelo, lo tiró contra un escritorio situado en la habitación y lo comienza a escupir y a besar, después lo hace agacharse para mamarcela, el no aguantaba hacía arcadas y sus ojos cada vez se ponían más llorosos.

El masoquista saco de su bolso una caja y una venda. Le colocó la venda y sacó de la caja un consolador de 30 cm. le escupió el culo y se lo lubrico y le metió de una el consolador, al mismo tiempo lo amarra de manos y pies con el consolador dentro suyo. Se dirige hacia mi y me comienza a besar apasionada mente yo lo disfrutaba y en ese mismo instante sentí una clavada en el culo tan profunda que llegó todos mis órganos, la metió y la sacó, me escupió el ano y comenzó a follarme rápidamente yo gritaba del dolor, pero a el más le gustaba estuvo mete y saca mete y saca aproximadamente 5 minutos, para mi, eternos, volvió donde el joven y le saca la venda y le dice que si quiere salir debe follarme como el lo hace, dirigió la mirada hacia mi y el masoquista me da una cachetada en la cara y me la mete sentía como metía y sacaba, sus bolas rebotaban en mi culo, dándome placer infinito, a el le encantaba ya que mi ano estaba apretado por la virginidad, se detuvo y me escupió, me desató, veía que yo disfrutaba de aquella escena, cuando me desato me tire en contra de el para que me lo metiera pero el me hizo a un lado, yo quedé con la calentura. Después desató al joven y nos hizo besarnos, me pasaba la lengua por toda mi boca y después avanzaba por mi cuello mi estomago hasta llegar a mi pico, lo lamía con unas ganas, yo lo disfrutaba ya que se tragaba todo, incluso las bolas, siento unas manos por atrás y era el, el masoquista que me iba a seguir dando, pero esta vez también iba a darle yo al joven, el masoquista nos empujo hacia el escritorio en orden, el joven primero después yo y al final el macho alfa. Se la metía al joven tenía el culo abierto después de que el masoquista le metió el consolador tenía el culo calentito y gordito, se movía como una perra en celos, lo que me ayudaba también a mi para que el masoquista me la metiera, los cuerpos estaban sincronizados a la velocidad de la luz cada vez nos movíamos mas rápido, podía sentir mi pico entrando y saliendo del culo de aquel joven moreno y rico y también sentir como me lo metían tan fuerte y rápido aquel hombre fornido de repente no daba más y expulse un chorro de semen por el culo de el pero seguí metiendola ya que sentía como me empujaba el masoquista, pero paro y nos agarró del pelo y nos hizo tragarnos su semen, lo hicimos con mucho gusto, después nos hizo darnos vuelta contra el escritorio,y comenzó a meternos los dedos cuando metió tres no me dolía si no que pedía más, cada vez más hasta completar la mano.

DIARIO DE UN LUNÁTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora