**I Will Remember You**

> Capítulo 2 <

-Siendote sincera beba, no se qué rayos estoy haciendo acá parada.- Logra pronunciar un tanto confundida y a la vez enojada con ella misma.

Presiona sus labios esperando escuchar alguna respuesta del otro lado de la línea,  sus manos presionan fuerte del celular y comienza a caminar de un lado a otro por aquel pasillo que parecía interminable.

-Ya relájate,  toca la puerta y entra a buscar respuesta alguna.-Se escucha del otro lado, un suspiro se escapa de sus labios y asiente de manera entendible de que su amiga no la esta viendo- Tan difícil no puede ser así que te dejo. Hablamos luego! Adiós!

Antes de que katherine pueda pronunciar una palabra, su amiga, le corta la llamada, guarda el celular en su bolso mientras se toma 5 minutos para relajarse cerrando sus ojos y así poder tocar tres veces la puerta, sus manos comienzan a jugarle en contra, se humedecen. Notable señal de que se encontraba nerviosa, pero ¿Nerviosa porqué?

-Sabía que vendrías. -Kath no se habia dado cuenta que Ezequiel habia abierto la puerta, no hasta que él besó su mejilla logrando quitarla de su pequeño transe.

-Y estoy arrepentida.- Sonrie pasando una mano por su frente.

-Oh vamos mala onda, la pasaras bien.- El joven le guiña el ojo, la peli negra bufa por completo. La sonrisa que aparece en el rostro del muchacho es sumamente enorme, la toma suavemente del brazo jalandola hacia adrentro y abrazarla- Necesito que me ayudes con un tema muy delicado, te pido que te coloques la lencería que te deje en mi habitación y regreses a la sala para entetener a mis amigos, ¿Puedes?

Al escucharlo decir esas palabras, Katherine no hace mas que solo safarse del abrazo recuperando su compostura. Le estaba pidiendo claramente con otras palabras que ella tome el lugar de una stripper. La estaba insultando,  ¿Qué clase de mejor amigo le pide a su mejor amiga que este en ropa interior y entretenga a unos desconocidos? 》Oh si! El desesperado de Ezequiel el maldito pendejo sin escrúpulos《

-Estas demente si piensas que aceptaré eso.-

Sus brazos se cruzan a la altura de sus senos mientras rueda los ojos, nunca se imaginaría participar en algo como lo propuesto, tampoco se considera una mujer santa pero tiene sus límites.

-Está Nicolás...- Aquellas dos palabras bastaron para volver a quitarla de sus pensamientos logrando que se concentre en el idiota que tenía en frente- Se que te atrae y mucho, podrías aprovechar este momento...-Sonrie mostrando sus dientes- Sólo nenecito que me hagas este favor ¿si? Y no molestare mas, te lo prometo. Por favor...

Katherine penetra a Ezequiel con su mirada dándole a entender que nunca más le vuelva a pedir algo, lástima es lo que comienza a sentir por él, lastima es lo que también comienza a sentir por ella misma.

-Ni un favor más.  Y que quede claro, no me acostare con ninguno.-

Al incorporarse en la habitación de su amigo, siente como ambas piernas le tiemblan, aun no cree que haya aceptado ser "la bailarina", 》Después de esto creo que comenzaré a ir a la iglesia todos los domingos《 ríe mentalmente y deja que su mirada recorra aquella habitación la cual era un tanto peculiar para un hombre,  sus ojos se chocan con la cama y sobre ella encuentra  un conjunto de ropa interior tal y como dijo Ezequiel,  se sienta a un costado de la cama y toma las prendas. Era encaje negro con algunos retoques en gris. Sexy.

Muy sexy.

-Aquí vamos...-Suspira.

Al salir ya con la vestimenta pedida y semi-desnuda, logra sentir como los nervios la carcomen por completo,  para su desgracia era de su talle, no iba a negar que le quedaba bien pero ese no era el punto. El punto era que debia bailar  casi desnuda en frente de quien sabe cuantos pervertidos, y ni mencionar al chico que le gustaba. Al estar ya en la puerta de la sala, afloja sus hombros y toma la comportura relajándose,  entra al living llevandose una gran sorpresa. Tres. Solo tres chicos la acompañaban. Ezequiel,  Nicolas y aquel chico que no tardo ni dos segundos en reconocer su vestimenta y dar con el joven que la habia asustado la noche anterior... Y fue justo en ese instante en que él eleva su mirada hacia ella dejando que también la reconociera y asi ambas miradas se choquen entre si, las mejillas de la joven se tornaron de un color muy pálido a un rojo carmesí en segundos...

                              -

-¿Y luego se besaron y me tuvieron? -Murmura la pequeña emociana logrando que su madre y abuela rieran al unisono.- ¿De qué se ríen?

Las mejillas de Katherine se vuelven a poner de un rojo carmesí, siempre le sucedía.  Era su pequeño defecto o tal vez era una pequeña virtud que tenía.

-Mady, las cosas no son asi de fáciles- Logra mencionar la mujer de mayor edad acercandose a ambas para luego mirar de reojo a su hija- Todo tiene su tiempo.

-No entiendo...-Logra formular un pequeño puchero-

Kath mira a su madre y sonrie negando, besa la mejilla de su pequeña y con su dedo pulgar logra correr el poco mechon de cabello que le estorbaba en su ojito- Lo que tu abuela quiere decir, esque, aún debo muuucho por contarte, apenas es el comienzo, dame un poco mas de tiempo y llegaremos hasta el final. -Le sonrie-

Nancy,  la madre de Katherine asiente ante las palabras de su hija ya mensionada. Besa las mejillas de sus dos niñas- Tu madre tiene razón,  yo por mi lado ya me ire a dormir, descansen.

Kath le devuelve la sonrisa a su madre para que se marche a descansar, mira a Madeleine para que se percate de que ella también debe de ir a la cama.

-Mami... Almenos adelantame un poco de la historia y dime que pensaste al tener a mi papi en frente, ¿shii? -La pequeña niña se suelta de los brazos de su madre quedando frente a ella esperando una respuesta, la joven mujer suspira rendida y niega riendo leve recordando aquel momento en el cual lo tuvo frente a ella.

Kath lleva una mano a hacia su lado izquierdo del pecho llegando hasta su corazón -Te diré que en mi mente sólo me repetía "Por dios santo, ¿Qué es ese ruido?, lo siento muy serca de mí. No no, está dentro de mí.  Mi corazón,  es como si se alteró. ¿Qué es ese cosquilleo en mi estómago?"-Sonrie recordando la sonrisa masculina al mirarla- En ese momento, tu padre había superado todas mis expectativas.  Lo veía y me sentía tan confundida y entonces, en ese preciso momento, me di cuenta que me había enamorado...