Hay Tiempo de sobra

La Caza del Tesoro

Crossville, un pueblo en medio de la más grande de las nadas, de hecho, está tan perdido que ni los propios habitantes de el saben dónde está...
- ¡Peter a desayunar!- ...se hace el silencio...
-¿Peter?...- de repente, el sonido de unos pies bajando escaleras empieza a soñar cada vez más y más fuerte.
-¡Peter que estabas haciendo! Se te van ha enfriar las tortitas
- perdón mamá pero estába preparando las cosas para la caza- se excusa Peter mientas mete las tortitas en una bolsa de plástico
-¿qué caza?- replica su madre
Peter suelta una carcajada seca y se acerca a su madre lentamente creando intriga...
- la gran caza mamá, la gran caza...- Peter sale corriendo por la puerta de casa, carga una mochila en su bici azul y sale por patas.

Los amigos de Peter esperan en la entrada del bosque de Crossville mientras el pedalea a lo lejos
-¡corre Peter, llegas tarde!- grita Rose
- perdón por el retraso pero es que tenía mucho que preparar
- lo sabemos - dice Larry subiéndose a la más grande de las piedras que había por allí
- ¡pero eso no importa!- comienza a hablar Larry en tono de discurso
- porque hoy nos hemos reunido aquí, no para discutir, sino... ¡para celebrar la primera edición oficial de la de la caza del tesoro!-
todos gritan orgullosos de alegría, menos Stuart que solo esboza una simpática a la vez que inquietante sonrisa en la cara, la verdad en que Stuart nunca fue muy hablador, pero ahora daba un poco de miedito.
Una vez establecieron las normas de la caza del tesoro todos salieron disparados con unos papeles en la mano y en distintas direcciones. El juego era muy sencillo, simplemente tenían que encontrar las cosas que aprecian una lista y el primero que encontraba todas esas cosas ganaba un cofrecito lleno de chucherías, las cosas de la lista eran: una hoja de tres colores, una piedra en forma de corazón y una rama tallada por una ardilla.