Tres – Lost in Bang.
-¡Qué vamos a hacer!- Grité corriendo en círculos.
-Maldita sea, si te quedarás quieta me harías un gran favor.- Habló Angie tomando de mi mano.
-¡Pero, estamos pérdidas, a las 8 de la noche, con faldas muy cortas y muy lejos de casa!- Chillé mientras tomaba ambos hombros de Candela y sacudía de ellos.
-Dime algo que no sepa.
-¡Nos van a violar!- Gritó la rubia haciendo exasperar a Candela.
Milagros la tomó de ambos hombros sacudiéndola y logrando tirar de algunos pelos sueltos.- ¡Que te quedes quieta, joder!- Gritó está empujándola lejos.
Tomé de ambas manos a Angie, mientras me escondía bajo su brazo.- ¿Qué vamos a hacer?
-Esperar, Nahiara.- Dijo algo enojada. – Algo se me va a ocurrir.- Comenzó a morder su uña.
{...}
Mis tres mayores se hallaban sentadas en la cera, intentando averiguar el regreso a casa.
-Está helando, Hyung's.- Me encogí de hombros, mientras me sentaba sobre Candela.
-¿Me viste cara de silla?- Espetó está molesta.
-Huh, si.
-Nahi, enserio queremos ver cómo resolver esto.- Dijo Angie con sus dedos índices en la sien.
-Lo siento.
-¿Porqué no vamos con Valentina?
-¿Qué?
-Ahora que lo recuerdo, vive a pocas calles de aquí. Podremos, pedirle el teléfono.
-¿Enserio nos dices eso ahora?-
-¡Se me olvidó!- Gritó haciendo un ademán con sus manos.
-¿Todas las excusas tuyas son "se me olvido"?- Angie tomó de su celular y se paró sacudiendo sus prendas. –Bien, dime donde.
{...}
Luego de 15 largos minutos, caminado bajó un frío otoñal, llegamos a nuestro destino. Realmente, no era tan "lejos". Milagros tenía razón, al menos está vez.
Candela se aproximó para tocar dos veces en la gran puerta de roble negro.
Nos atendió su madre, con una gran sonrisa cálida en sus labios.- ¿Qué las trae por aquí tan tarde?- Rió mientras veía nuestros atuendos.- ¿Y por qué están vestidas así?- Volvió a reír de una manera graciosa. Solté una sonrisa.
-Vendíamos galletas, pero no podemos volver a casa.- Susurré algo avergonzada por mis condiciones.
Su semblante se tensó.- ¿Porqué, corazón?-Preguntó tomando de mis manos.
-Milagros no tiene señal, no hay modo de avisar a nuestros padres dónde estamos y que nos vengan a recoger.- Explicó la mayor parándose a mi lado.
-Oh, ¿necesitan el teléfono? Pasen.- Hizo un ademán invitándonos dentro del predio.- Valentina vuela de fiebre.-
-Le avisamos que vendríamos mañana. Sólo que no planeamos esto.- Se excusó Milagros.
-Lo entiendo.- Sonrió.
{...}
Nada había salido como lo planeamos ((Como la mayoría de las cosas)).
-Podemos intentar otra cosa.- Susurré en el hombro de Milagros.
Nadie contestó a mi sugerencia. Las entendía. Estaban molestas. No quería que me contestaran mal, así que decidí cerrar mi boca y resguardarme en mi asiento. Las calles estaban oscuras y sólo se oía la radio de fondo. Nos recogió el padre de Candela. Hablamos con Valentina antes de irnos, acordamos verla mañana al mediodía, deseamos que se recupere y nos fuimos de allí.
Nos encontrábamos decaídas y enojadas. Independientemente cada una sabía que tanto anhelaba ver u oír a Bangtang Boys; aunque muchos pensarán que era algo tonto e inmaduro, las 4 haríamos lo imposible por sentir nuestra piel erizarse por aquellas voces angelicales.
Exacto señores, muchos le llaman fanatismo. Nosotras le decimos ser Army.
-"Corazón, estiré mi brazo para tocar tu dulce piel... pero no llegué. Grité que te amaba, no estoy segura de si me oíste. Estaré aquí esperando. Cuando te vi sonreír se me llenaron los ojos de amor, tal vez tus jades no son azules pero ahí hallé mi cielo, cuando este se cayó tú conservaste las estrellas en la sonrisa. He memorizado cada parte de tu rostro... pero, tú no sabes quién soy.
Desearía ser especial, para ti." –
Cerré mi pequeña libreta apoyándola en mi pecho. Dando una largo suspiro, terminando de escuchar Butterfly.
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Life Style Bangtang.
HumorLlega un momento en la vida en la que, miras alrededor tuyo y contemplas todos esos bellos momentos que te han sucedido, preguntándote ¿realmente han pasado? Creo que este gran cuestiona mente llega cuando estamos rodeados de gente a la que podemos...