~ Una mirada, dice más que mil palabras. ~

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¿Y si todo lo que pasara fuera como un cuento de hadas?
¿Si en todas las soluciones nadie saliera lastimado?
¿Si las decisiones que tomo fueran todas correctas?
Preguntas existenciales, MIS preguntas existenciales, me metí en esto sin querer.. sin darme cuenta.
Cierto, tengo que ir al principio de todo:
- Am... Am... ¡ÁMBAR! - Me gritó mi mejor amiga Valentina
- Tranquila, estamos en un museo no en la cancha...- le dije yo con toda la tranquilidad del mundo
- Si...pero te venía contando algo sobre mi crush, y vos estabas mirando a aquel rubio-
¿Tan obvia habré sido?- Si, Val. Perdón, es que me clavo la mirada, y vos sabes que yo tengo esa manía de no despegar la vista de alguien que me mira fijamente, pero me decías que Matías ayer te escribió pidiendote salir, pero lo tuviste que rechazar porque viniste conmigo a visitar a mis abuelos - en mis adentros hacia el mayor intento posible de seguir mirando a aquel chico, que por un momento me dio curiosidad
- Si.. bueno lo que te decía era... ¿que te estaba diciendo? ¡Ay! Espera, que lindo es aquel chico-
- ¿Cuál?
- ¡El que se fijo en vos! Me parece que sos tan linda que hasta los más lindos no pueden evitar mirarte-
- Ay Valen, deja de inventar cosas, solamente me habre topado en su campo visual, además ni que fuera tan lindo- Mentí, a mi no me engañaba, pero esperaba engañar a mi mejor amiga.

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Pasaron unos días, en los cuales, me había olvidado completamente de aquel chico, tampoco quería recordarlo, porque a decir verdad la estaba pasando genial con Val y mis abuelos.
Un día salimos a tomar sol a una plaza del lugar y afortunadamente ~nótese mi ironía~ nos volvimos a encontrar con aquel rubio, ¡SI! ¡EXACTO! el del museo.
Al principio no me vio, o eso creí, hasta que sentí una mirada penetrante sobre mi espalda, me di vuelta para ver si podía encontrar al dueño de esta, y afortunada¡NO! ¿que estoy diciendo? encontré dos ojos, ambos color del mar con una mezcla de verde, que cualquiera podría analizar sin cansarse, curiosos como los que nunca había visto y al mismo tiempo cómplices, parece que sé avivaron y recordaron nuestro "juego" de aquel "primer encuentro"
Dicen que por los ojos uno puede ver el alma de la otra persona, yo no soy muy fan de eso, es más no se ni porque lo digo pero creo... si soy del todo sincera que logre ver parte de su alma aquel día.

Cuando el tiempo se acabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora