Caminé deprisa. No quería llegar tarde. Quedaban exactamente cinco cuadras desde donde estaba yo hasta mi destino, y diez minutos para la hora acordada.
Al llegar no vi un lugar diferente a todo lo demás. Tomé mi teléfono, verifiqué la hora y confirmé que la dirección fuera la correcta. Lo era.
Acomodé mi ropa y entré por en gran portón. Toqué timbre y unos segundos después me atendió un hombre sonriente.
- ¿Tu eres Lauren Jauregui?- asentí y comencé a incomodarme.
¿Qué pasa si son psicópatas y quieren secuestrarme?
El hombre abrió la puerta y con todas mis fuerzas despejé lo negativo de mi cabeza. Entré.
- Permiteme- el hombre cubrió mis ojos con una venda lo cual me hizo saltar - Hey, tranquila, es parte de esto- tomé aire y asentí - por cierto, llámame Simon- pude sentir su sonrisa a través de la venda.
Caminamos unos pasos y me sentó en un lugar comodo. Algo me decía que era un sillón.
- ¿Hola?- pregunté cuando ya no sentía la presencia de Simon.
- ¿Hola?- contestaron. Pero no era la voz del hombre, era algo más delicada. Era la voz de una chica.
- Chicas, ¿puedo tener su atención?- asentí, y cuando Simon continuó supe que la otra chica también lo había hecho también - el experimento consiste en que se hagan quince preguntas la una a la otra, y que se quiten la venda solamente cuando estén seguras- asentí nuevamente, aunque el miedo volvía a aparecer en mí. -Bien, ahora las dejaré solas para que puedan conocerse.
El silencio se apoderó del lugar y mis impulsos por quitarme la venda crecían hasta que su voz se escuchó.
- Mi nombre es Camila- asentí y luego recordé que ella tampoco podía verme.
- El mio es Lauren- sonreí debilmente.
- Lindo nombre- murmuró.
El silencio volvió a aparecer y esta vez fui yo quien lo rompió.
- No vas a secuestrarme ni nada por el estilo, ¿verdad?- escuché su risa. Era un sonido verdaderamente hermoso.
- No, en realidad- ella seguía riendo y la acompañé - pensé que tu me secuestrarías.
En ese momento me di cuenta que ella no era más que yo, ni yo era más que ella. Ambas estábamos en la misma situación. Ambas estábamos solas en una habitación con una completa desconocida.
- Bien...- habló ella - ¿quieres comenzar?
- Me encantaría.
Sentí como se hacía un hueco a mi lado en el sillón y supe que ella se había acercado un poco.
- Emm..,- pensé, ¿qué podría preguntarle a alguien que no conozco?, opté por la pregunta más común en estos casos - ¿Qué edad tienes?
- Tengo veintitres recién cumplidos- sonreí por lo aniñada que había sonado su voz - ¿Tu?
- Yo tengo veintitres también, en unos meses cumpliré veinticuatro.
- Eso es genial, Lauren- ella se quedó callada y supuse que estaba pensando su pregunta - ¿De dónde eres?- habló.
- Nací en Canadá, Winnipeg, para ser exactos, muchos dicen que esa es la razón por la que tengo la tez tan blanca- me sentí estúpida en ese momento por haber dicho eso, ella no podía verme - pero estoy viviendo en Los Ángeles desde hace dos años- comencé a jugar nerviosa con mis manos - ¿Qué hay de ti?
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experimento social lOneShotl
Fanfic¿Qué sucede cuando tienes una conversación con un completo desconocido? Camren OS