Otra noche en la mansión Phantomhive, todo estaba tranquilo y esta vez con una hermosa luna llena que la iluminaba.
Como en otras ocaciones, cierto mayordomo infernal lleva en una bandeja de plata una taza de leche con miel para que su joven amo pudiera dormir.
-Te has tardado Sebastian- Decía de forma malhumorada el ojiazul sentado en su cama.
-Mil disculpas Bocchan- Le da la taza y se inclina arrepentido. -Pero estaba organizando todos los quehaceres para mañana y se me pasó el tiempo.
-Mhp- Se burla- ¿Siendo un demonio se te ha pasado el tiempo?-
-Para ser sincero, incluso yo estoy sorprendido. Pero que tampoco se le olvide que soy el único que se encarga de mantener esta mansión en su mejor estado-
-Antes eras menos charlatán-
-Antes eras un enano. Oh esperen...lo sigues siendo- Sonrió mostrando sus colmillos con burla.
-Serás...
Nunca faltaban las contestaciones del demonio que sacaban de quicio al joven Conde de dieciocho años.
Al pasar los años, Phantomhive había pegado el estirón y ya no necesitaba los zapatos con leve plataforma pero tampoco tenía la altura suficiente para superar al sirviente. Y para bien o para mal también creció la confianza por parte de Sebastian, que cuando estaban solos, se encargaba de molestarle y contestarle sin respeto alguno.
Por esa vez decidió dejarlo pasar, y tomó un sorbo para después fruncir el ceño- ¿Qué le has puesto? -Mira la taza con sospecha -Sabe diferente-
-Nada bocchan solo lo de siempre- sonríe -¿Necesita alguna otra cosa?
-No, solo quiero que te largues de mi habitación- Le entrega la taza ya vacía.
Sin decir nada, se inclina nuevamente llevándose la bandeja para salir del cuarto. Lo que Ciel no percató, fué la sonrisa perversa que su mayordomo tenía al irse.
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-Yo dije que lo comería, pero no de que forma- Decía burlesco el mayordomo.
-¡Agh! ¡Sebastian Sueltame!- Reclamaba el joven conde enojado y adolorido por estar atado de muñecas al respaldar de su cama con la corbata de su mayordomo, en solo ropa interior y para toque final que cierto demonio esté encima suyo.
Sonríe de forma malévola -Aah Bocchan no puedo hacerlo porque su cuerpo... -toca su entrepierna de forma lenta- me dice otra cosa...
-No...d-detente...¡A-ah!- reclama al sentir como se iba bajando su ropa interior y su mayordomo volvía a tocarlo, pero esta vez pellizcando sus pezones sintiendo una leve corriente placentera.
- Yo se que deseas esto - Se acerca a su rostro mirándolo de forma lasciva.
-Admita de una vez por todas lo que siente- Finalizó la oración besándolo apasionadamente.
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Lo único que se puede escuchar en el cuarto es la respiración agitada del joven conde que miraba hacía todos los lados comprobando que no estuviera nadie en su habitación.
-Ah...solo fue...un sueño...y uno...muy estúpido.- dice frunciendo el ceño para luego intentar volver a conciliar el sueño pero un peculiar dolor en su parte baja no lo permite.
-Maldición...¿por que me provocaste esto de nuevo Sebastian?- Sin previo aviso, se destapa de sus sábanas y se quita su pijama, que solo era una camisa grande, para solucionar su "problema".
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"Ese Mayordomo Perverso"
Fanfiction-¿Qué le has puesto? -Mira la taza con sospecha -Sabe diferente- -Nada bocchan solo lo de siempre- sonríe -¿Necesita alguna otra cosa? -No, solo quiero que te largues de mi habitación- Le entrega la taza ya vacía. Sin decir nada, se inclina nuevam...