Mis expectativas eran tan altas que podían raspar el cielo, mis amigas me decían constantemente que debía decir lo que sentía, que eso me haría sentir muchísimo mejor, aún si no me correspondieses y sabía que tú no lo harías, pero no quise creerlo y me aventuré a tener esperanza.
Te lo dije, con el corazón latiendo rápidamente y un calor opresivo expandiéndose por todo mi pecho y rostro. Claro que todo ese brillo y buenos deseos que inspiraba ese día se vio resumido a un deseo imposible. Tu sonrisa nerviosa fue como un trago amargo, y cuando pronunciaste aquellas palabras, corrí tan lejos como pude y me desparramé en medio de la secundaria, permitiendo que todos viesen que mi fuerza interior era tan grande como lo era mi vulnerabilidad. Tus palabras me hirieron y no debieron hacerlo.
— Somos amigos ¿no?
Me halaga mucho que te sientas así por mí, pero hay alguien a quien amo. Lo siento mucho.
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Tú.
Short StoryQuisiera que solo fueses una piedra en mi camino, pero eres más que eso, como un muro que me impide avanzar hacia lo que merezco.