Me desperté en una playa rocosa, parece ser que me barcaza encalló en la costa en la noche, justo cuando me había desmayado. Estaba atardeciendo por no decir anocheciendo. Ignorando cuánto tiempo estaba dormido, me adentré a un bosque para refugiarme del frío que hacía.
Estoy caminando bastantes horas bajo la luz de la Luna llena y las bestias empiezan a babear, esperando en abalanzarse sobre el montón de carne fatigada que soy. Busco por la oscuridad del tenebroso bosque algo que me sirva para defenderme hasta tropezar sobre algo húmedo y que crujía. Al palpar aquella cosa, me tardé en darme cuenta, mirando de muy cerca mi mano, que había tropezado con un cadáver y el susto fue tan grande que, mediante parte de las fuerzas latente que quedaban aún en mí, grité y vi como unas manchas que ladraban con violencia se acercaban a gran velocidad hacia mí. Empiezo a buscar desesperadamente por mis alrededores con las manos, tocando repetidas veces el cuerpo por los nervios, hasta cortarme con algo filoso. Temeroso por lo que me iba a venir encima oré:
-Dios, Señor Todopoderoso.- Empuñando con firmeza lo que creo que es un arma. -¡Ilumina, con el fuego justiciero de tus arcángeles, mi camino!-
Aquella arma empezó a brillar con fuerza mientras la movía de un lado a otro en histeria hasta el punto de lanzar una onda de fuego que cortó varios árboles, asustando a aquellos lóbregos, que son una especie de lobos semi-desfigurados y con dos cabezas. Seguía gritando y balanceando aquella espada mágica. Uno de los lóbregos se me abalanzo, derribándome y mordiéndome la pierna derecha con sus colmillos infectados en ponzoña y los otros van detrás suyo para hacer un festín conmigo. Intento apartarlos de encima mío pero sus bocados son tan persistentes que me crujen todos los huesos me mis manos y sus garras empiezan a destrozar mis harapos, lo que tenía para vestirme siendo un esclavo.
Solo podía gritar mientras forcejeaba con aquellas aberrantes bestias hasta que unas luces azuladas que parecían llamas arremetieron con aquellos bichos inmundos, derribándolos y provocando que huyeran despavoridos. Lo único que podía ver con mi vista cansada y moribunda, era una figura donde aquellas luces orbitaban a su alrededor mientras sostenía una cuarta luz sobre la palma de su mano, levitando sobre ella como si portara una estrella.
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League of Legends: The Summoner
FanficUn adolescente huye de su esclavitud en Noxus hacia la exótica y pacífica Ionia. Exhausto y desnutrido, fue rescatado y cuidado por una joven dama donde viven juntos varios momentos divertidos y dolorosos, mientras forja en su alma la determinació...