Recuerdo mi linda y tierna infancia tan a flor de piel como el cariñoso despertar intransigente de mi despertador esta mañana. No lo digo para contradecir a mi memoria, si no, por lo claro y cercanos que me parecen.
Hace pocos días me puse a pensar en mi futuro, en el poco tiempo que me quedaba junto a mis padres y repentinamente emergían recuerdos de mi niñez, tan fugaces, tan intensos, tantos años que ahora tan sólo parecen segundos.Crecí junto a mis padres y mi hermanastro Alfonso, de esta premisa podría contar dos, tres, incluso más de cuatro historias diferentes, pero partiendo por lo sencillo empezaré como se debe.
Mi madre siempre fue una mujer luchadora, de esas que no se rinden ni con una estaca en el corazón; Linda, fuerte, ejemplar. Después de una sana infancia llena de responsabilidades en su hogar, en su juventud siempre tuvo éxito, claro, se lo ganaba; Incluso con los hombres, siempre fue admirada por su figura perfecta y su simpatía, su humildad y sencillez que parecía atraer a los muchachos más acomodados de la ciudad. Entre ellos conoció a "A.D.", mantuvo una linda relación de la cual nació Alfonso.
A.D. jamás se preocupó de su retoño, mi hermanastro; mamá trabajaba largas jornadas sin dejar de lado a su pequeño, corría de un lado a otro para darle sus comidas, comprarle las mejores marcas y mimarlo. Se cansó de la actitud de su pareja, que parecía no querer ni un poco a Alfonso, terminó su relación y crió sola a su hijo, el desgraciado nunca pregunto por él, no le compro siquiera un lápiz. Ella trabajó y trabajó en el hospital, sustentó su hogar, el de su familia, a su hijo y así se mantuvo hasta un día X.Años después, un día X mamá salió con sus amigos y entre ellos había un hombre apuesto, muy simpático, se llamaba Enrique. Inmediatamente llamó su atención, quedaron en salir , se conocieron, se enamoraron.
Enrique adoptó al pequeño Alfonso como su propio hijo, cuido de él tan bien que el sentimiento de amor era mutuo. Y así pasó el tiempo, las cosas seguían perfectas, Alfonso creció feliz, lleno de lujos.Otro día X nací yo.
Mis padres describen la infancia de Alfonso como una vida perfecta. Era un niño inteligente siempre obtenía buenas calificaciones, su único defecto era en redacción, mamá siempre leía los libros por él, por lo que tenía una escritura horrible. Jugaba básquetbol, era bastante popular y tenía muy buenos amigos.
Fue el primer niño en tener un computador en casa, tenía toda la nueva tecnología de esos tiempos, usaba ropa de las mejores marcas y menospreciaba aquellas prendas que no tenían tanto prestigio.
También era muy atractivo, cuando cursaba octavo básico estaba con una de las niñas más lindas y codiciadas de la ciudad en donde estudiaba, que por cierto era cuatro años mayor.
Era el hijo regalón de mamá.
Un verano se obsesionó con la idea de trabajar, papá no lo dejó, no le faltaba nada, pero el insistió, por lo que Enrique, en ese entonces jefe de una empresa de cultivos accedió a llevarlo como supervisor.
Alfonso emocionado comenzó a trabajar. Conoció a Nadia, una chiquilla de campo que trabajaba en aquel recinto y se enamoró perdidamente, perdidamente en el completo sentido de la palabra, para él no había, ni hay mujer más perfecta en el mundo.
Nadia venía de una familia muy sencilla, era una niña común, una belleza normal, nada de otro planeta. Desde el principió mis padres la desaprobaron, había algo en ella que no les parecía sincero.
Pasó el tiempo y mi hermano se fue a la universidad, papá ya no tenía tan buen trabajo, pero se esforzaba el triple para poder pagar todos los gastos de Alfonso, la mensualidad de la universidad, el departamento donde vivía, su comida, ropa y todos los típicos gastos de un adolescente.
Todo iba perfecto, hasta que un día mamá y papá se enteraron que estaba manteniendo a Nadia, le daba la mayor parte del dinero y no sólo eso, ella estaba embarazada.
Mis padres quedaron impactados con la noticia, estaban muy decepcionados, pero los apoyaron en todo sentido. Nació mi sobrino, el tierno y lindo Alonso. Ahora los gastos eran mayores, mi hermano repitió mil y un semestres.
Aquí empiezan los problemas con Nadia, era una niña caprichosa, quería ser el centro de atención y la única preocupación de Alfonso. Cuando nació su hijo, Guisell, la mejor amiga de infancia de mi hermano, muy contenta con la noticia compró regalos para el bebé y fue inmediatamente a visitarlo, pero Nadia la echó del hospital e incluso obligó a Alfonso a botar aquellos presentes que con tanto cariño había comprado; Estaba celosa de la dulce niña que mis padres tanto querían y que también había sido polola de Alfonso cuando eran pequeños, al cual le prohibió volver a hablarle y saludarle. El idiota de mi hermano cegado por Nadia tiró a la basura más de 15 años de amistad verdadera y buenos momentos, trató muy mal a Guisell llegándola a odiar. Pero eso no era todo, Nadia también sentía celos de mi madre, por lo que provocó un distanciamiento entre si mismas y varias discusiones familiares.Nadia cambió mucho a Alfonso, estaba incluso alejado de nosotros.
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Incidentes de mi demencia.
أدب المراهقينEsto es sobre mi, sobre ellos en realidad. Me cuesta aceptarlo, pero en mi fuerte y cuerda mente a veces juega la elocuencia; pasa y se ríe. Soy acero pero estoy rota. Si tan sólo existiese alguien capaz de diagnosticar mi juicio, ¿Estoy bien?¿Esto...