Capítulo 14...

6.6K 581 32
                                    






POV Anastasia







Nos volvemos a besar con desesperación, como si el otro fuera el agua en el desierto, como si no hubiera un mañana. Acaricia mi espalda de arriba a abajo y eso enciende mi cuerpo, nuestras respiraciones son erráticas, pero no quiero detenerme, mis dedos se aferran a su sedoso cabello apretandolo más a mi. En un movimiento rápido pone mis piernas una a cada lado de las suyas y es entonces cuando involuntariamente emitimos un gemido de placer, nuestros sexos se rozan por encima de nuestras ropas y hacen una deliciosa fricción.

-Chicos la mesa esta ser...-

Aparece Gail interrumpiendo nuestro momento de placer. Mi cara se torna roja y me escondo en el hueco de su cuello para evitar así que mi adorada nana vea la vergüenza que siento.

-Enseguida vamos.-

Responde Christian por mi y se lo agradezco internamente. No puedo más de la vergüenza, no se como la voy a mirar a la cara de ahora en más.

-Vamos hermosa, no pasa nada. Nos queremos y ellos lo entenderán.-

Me dice dulcemente, me derrito por este hombre, aunque no borre del todo mi incomodidad. Asiento despacio y me levanto de sus piernas poniendome de pie, él imita mi acción y toma mi rostro entre sus manos mirandome fijamente a los ojos.

-Te quiero Ana. Gracias por esta oportunidad.-.

-Gracias a ti por regresar a mi lado.-

Me besa castamente y toma mi mano para dirigirnos al comedor dónde la mesa ya está servida. Allí Gail y Taylor se lanzan miraditas cómplices y sonrien como si estuvieran guardando un secreto.

-Basta ustedes dos que ya me los conozco bien.-

Les digo algo irritada, aunque bien ellos saben que es imposible que me pueda enojar. Los amo demasiado y sus sonrisas que se expanden más me lo confirman, no me creen ni una palabra.
Comemos en una charla amena en donde los cuatro participamos. Cuando terminamos ayudo a Gail a levantar la mesa mientras él y Tay hablan de algo que no llego a entender, mi cabeza da vueltas, mis sentimientos son abrumadores. Esto es una familia, una familia que creí perdida hace cinco años, una familia que no me di cuenta cuanto la anhelaba hasta este momento.
Christian me devolvió eso sin saberlo, solo con su presencia me dió la esperanza que creía perdida y algo mucho más grande... el amor. El amor que ahora me da otra perspectiva de la vida, que me impulsa a seguir adelante con más ánimos, con más fuerza.

-Ana, que te estoy hablando, deja que yo termino esto. Tú vete a descansar. -

Mi nana me habla tocando mi hombro y sacándome asi de mis pensamientos. Le sonrio y la abrazo fuerte.

-Gracias nana te quiero.-

Me dirijo al comedor dónde están ellos que siguen hablando pero Taylor al verme se calla y me tiende la mano la cual tomo sin dudar.

-Pequeña, me voy a descansar. Tu cuidas de este chico.-

Me dice y noto algo implícito en sus palabras que decido ignorar. Asiento con mi cabeza y él se retira deseando las buenas noches. Me acerco a Christian y tomo su mano.

-Ven, te llevaré a tu habitación.-

Él me sonrie mostrando todos sus blancos y perfectos dientes y se pone de pie. Caminamos en silencio hasta que entramos en su habitación. Me guía hacia la cama y tomamos asiento.

-Ana, no quiero que cambies conmigo. Quiero que sigas siendo la chica dulce que conocí el primer día, si hay algo que te moleste o inquiete quiero que lo hables conmigo. ¿Podrás hacer eso por mi?.-

                       Otras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora