La Huida

4 0 0
                                    

LA HUÍDA

Ignacio Soto Moreno

Se arrastraban por el suelo, limitados de levantarse por las constantes ráfagas de balas que los sobrevolaban a toda velocidad, dirección hacia el embarcadero.

Estaban en pleno campo de batalla, en tierra de nadie, donde los proyectiles van y vienen llevándose con ellos a unos cuantos desgraciados.

Markovick, era un adolescente, el más alto del grupo, y el que más dificultad tenía para moverse, su tamaño le dificultaba arrastrarse por el suelo.

Lydia era la más pequeña, tenía diez años, y iba siempre abrazada a su osito Mikola.

Y por último, estaba Makuts. El más viejo.

Ninguno de estos se conocían de nada, pero compartían el deseo de huir de allí cuanto antes.

Ensuciándose de barro, estaban los tres cada vez más cerca de su destino.

De repente, Mikola, el osito, se enganchó con un trozo de alambre que se hallaba medio enterrado en el barro.

Lydia, empezó a tirar de él, sin resultado, pues, en esa posición, se le era casi imposible agarrar bien al peluche, y mucho menos, tirar bien de él. Así pues, se puso de pie, y empezó a tirar de este.

"Biung" Una bala le impactó en la cabeza.

Esta, lenta y torpemente, caminó hacia Markovick y Makuts, mientras iba recibiendo disparos desde todas direcciones. Estos, tumbados, se la quedaron mirando inmóviles .

"Tengo sueño... creo que me echaré una cabezadita..." Se desplomó en medio del frío y húmedo barro, inerte.

Los dos se miraron, y continuaron. No dijeron nada, pero se entendieron, pues, en una situación de peligro, lo primero era sobrevivir, asique estos continuaron su camino como si nada, pues, ya no podían hacer nada por la niña.

Finalmente, llegaron al embarcadero. Este estaba rodeado por una gran verja metálica.

Al acercarse a un agujero hecho en esta, se escuchó un "Clac"

Ambos se miraron el uno otro.

Matkus miró a los pies de Markovick, este, había pisado una mina. Acto seguido, se miraron a los ojos, Matkus dio media vuelta y prosiguió su hacia su destino.

De fondo, los gritos y lamentos desgarradores de Markovick, pidiendo que lo salvase, que no se fuera...

Matkus, finalmente entró al embarcadero. Afortunadamente, quedaba un bote.

Se subió y puso el motor en marcha.

"Boom". Se escuchó una fuerte explosión. Los llantos de Markovick cesaron...

Cada vez se iba alejando mas y mas de tierra...

Esta era ya casi imperceptible. Apenas se podían oír los disparos y explosiones de la batalla.

De la nada, a toda velocidad, una lancha motora del ejercito de ocupación con tres hombres armados abordo se acercaron al bote de Matkus.

Uno de ellos, empezó a gritar a Makuts en un idioma desconocido mientras le apuntaba con un AK-47. Acto seguido, los tres abrieron fuego contra Matkus, muriendo este al instante por una bala que impactó en su corazón.

Su cuerpo se desplomó en el bote, con los ojos abiertos, en posición fetal.

Los tres hombres armados dieron media vuelta y pusieron rumbo a tierra.

Se fueron alejando del bote cada vez más, y más...

FIN


La HuidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora