*Narra Taehyung*
Tocó el timbre y comencé a guardar mis cosas, ésta era la última clase, por lo que estaba a minutos de volver a encontrarme con Hoseok y, siendo sincero, estaba muy nervioso.
Salí del salón como pude y me encontré con él justo frente a la puerta.
-Buenas tardes Taehyung, ¿qué tal, estás listo?- preguntó con una sonrisa en su rostro, dejando ver sus hermosos hoyuelos.
-S-sí hyung, e-estoy listo, vamos...- dije muy nervioso, mi rostro empezaba a arder.
-Te vez lindo sonrojado, solo no estés nervioso.- Hoseok se acercó, tomó mi rostro y volvió a sonreírme.- Bueno, vamos.- palmeó suavemente mi hombro y comenzamos a avanzar.
Salimos del colegio y decidimos ir al parque. El trayecto fue un poco incómodo, ninguno de los dos hablaba y en ocasiones él pasaba sus manos por mis hombros.
En parte me sentía muy feliz, por fin podía estar al lado de quien más anhelaba, aquel que por tanto tiempo esperé, aquel que por tanto tiempo amé...Cuando llegamos al lugar, nos recibió una fresca brisa junto con algunas flores que caían de los árboles. La verdad nunca esperé que Hoseok pudiera prestarme atención, él es demasiado hermoso y perfecto como para fijarse en mí, un simple adolescente.
-¿Te gusta este lugar?- dijo él mientras se agachaba hasta mi altura.
-Es muy lindo.- dije mirando alrededor, observando el paisaje.
-Podría llevarte al lago, podemos ver los peces y algunos cisnes, si tenemos suerte.- dijo entusiasmado.
-Si así lo crees, pues vamos.- sonreí.
Tomó mi silla y nos pusimos en marcha hacia el lago.
Sí, tengo discapacidad, un accidente hace unos años atrás me impidió volver a mover mis piernas, pero no me impide el hecho de estar completamente enamorado de Hoseok.-Bien, hemos llegado.- dijo él mientras se sentaba en una banca y me dejaba a su lado.
-Hoseok hyung, ¿puedo hacerte una pregunta?- dije nervioso.
-Claro Taehyung.- sonrió.
-Tú... ¿Hace cuánto te dedicas al baile?
-Desde los 7 años, mis padres son bailarines, así que creo que viene de familia.- sacó un chocolate de su bolsillo.- ¿Quieres?
-Solo un poco, gracias.- recibí el trozo y le sonreí.
-¿Por qué la pregunta?- dijo mirándome fijamente.
-N-no lo sé, veo que bailas muy bien y solo tenía curiosidad.- estaba totalmente sonrojado, él me había mirado directo a los ojos.
-Ya veo... ¿Alguna vez te interesaste por el baile?- se puso en pie y se acercó a mí.
-Cuando era pequeño veía muchas películas sobre bailarines y siempre quise poder expresarme con algún talento, así como ellos... Pero ya vez que es imposible ahora.- dije esto último casi en susurro.
-¿No crees que eso es rendirse muy pronto?- tomó mis manos.- Sé que tienes algún talento, lo vamos a descubrir juntos.
-¿De qué me valdría poseer alguno, si nadie podría apreciarlo?- dije en un tono triste, mi garganta se estaba anudando.
-¿A qué te refieres?, ¿tus padres no te apoyarían?, ¿acaso no estarían orgullosos?- dijo mientras apretaba mis manos suavemente.
-No lo creo...- desvié mi mirada.- Mi madre nunca está en casa, le doy vergüenza, siempre está con sus amigas bebiendo en algún bar, solo llega en la noche. Y mi padre... Él iba conmigo en el auto cuando tuve el accidente, no sobrevivió.
-Ya veo... Pero, ¿quién te cuida durante el día?
-Mi vecina a veces me ayuda, pero tiene sus preocupaciones, así que me cuido prácticamente solo.
-Entiendo. Lamento todo eso Taehyung, pero no te preocupes, me tienes a mi para apoyarte.- me dio un gran abrazo y susurró en mi oído...- Yo podré apreciar tu talento.
El resto de la tarde la pasamos hablando sobre nuestros gustos, aventuras de cuando eramos niños y algunas bromas. Me encantaba oír su risa y porfín pude ser yo quien la provocaba, me alegraba el hecho de que él estuviera conmigo, su compañía era muy agradable.
-Eres muy divertido Tae, me alegra haber salido contigo hoy.- sonrió ampliamente.- Pero, creo que se está haciendo muy tarde, es hora de irnos.
-Está bien, ¿podemos venir otro día, hyung?- pregunté con la esperanza de que la respuesta fuera positiva.
-Todas las veces que quieras.- me abrazó y revolvió mi cabello con su manos.
De camino a casa, comenzó a hacer frío y Hoseok me prestó su abrigo para cubrirme, dijo que al caminar, su cuerpo se temperaría y no lo necesitaría, así que lo recibí con mucho gusto.
-Aquí es hyung, gracias por traerme... Y gracias por el abrigo.- dije sonrojado.
-No hay por qué Taehyung. El abrigo puedes quedártelo, úsalo cuando salgamos de paseo.- sonrió y me abrazó.- Nos vemos pronto, cuidate.
-Nos vemos, Hoseok hyung.- correspondí a su abrazo y le sonreí, para luego entrar a mi casa.
Este sin duda, fue el mejor día de mi vida.
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