La pequeña cría de lobo corría emocionada entre fantasmas, momias, súper héroes y personajes de algún que otro videojuegos que el pequeño desconocía.
Su nariz trabajaba a mil por hora, tratando de identificar todos los olores que inundaban el ambiente. La calabaza y el azúcar eran los protagonistas de la noche, pero el fuego y la cera de vela no se quedaban atrás.
Era la primera vez que Chanyeol iba al pueblo. Siempre lo había visto pequeño y silencioso desde su hogar en las montañas. Pero esa noche en particular, como todos los años en esa fecha, la tranquilidad que caracterizaba al poblado era reemplazada por el bullicio y regocijo de sus habitantes.
El cachorro no entendía muy bien por qué los humanos hacían eso solo una vez al año. Él lo veía muy divertido, deberían hacerlo más seguido.
Dejando de lado sus pensamientos de que los humanos eran un tanto extraños, se dedicó a corretear por el lugar fascinado con los llamativos y brillantes decorados de las calles y casas.
Quizá lo más extraño de todo era lo que los niños humanos llevaban puesto; cubrían sus cuerpos con extraños objetos que ni siquiera podían llamarse ropa.
Chanyeol sabía cómo vestían los humanos. Él llevaba una remera y unos shorts vaqueros que sus padres le habían obsequiado para su primera excursión al pueblo.
El pelirrojo sonrió con satisfacción acariciando la tela a rayas negras y verdes que llevaba puesta. Se las había ganado como recompensa por haber aprendido a seguir un rastro. Esa también era la razón por la que este año, su familia había aceptado su petición de ir allí.
Sus padres le habían enseñado a distinguirlos entre todos los olores que invadían el aire esa noche. Así, si por alguna razón él se perdía, su nariz le indicaría el camino para encontrarlos. Chanyeol se esforzó mucho para lograrlo.
Sus ojos divisaron a la distancia un niño igual a él, y eso lo desconcertó. ¿Ese niño era un cambiaformas también? Tendría más o menos su edad, tal vez mayor. ¿Habría también otras manadas visitando el pueblo por las fiestas?
Dispuesto a aclarar sus dudas, corrió en dirección al niño con orejas marrones y cola peluda, y apenas estuvo cerca, se plantó frente al cachorro con una enorme sonrisa.
-Hola -chilló emocionado, y sin mediar palabra, se inclinó buscando olfatear la cola.
El niño lo miró horrorizado, y antes de que el otro llegara a su destino, lo apartó empujándolo con el ceño fruncido.
-¿Qué haces? -explotó el rubio, apretando los labios en una mueca de disgusto -Raro.
Chanyeol desde el piso, lo miró confundido y triste, sus orejas cayendo a ambos lados. Él solo quiso ser amistoso y saludarlo como acostumbraban. ¿Por qué el niño lo empujaba? ¿Qué hizo mal?
Abultó el tembloroso labio inferior, y los ojos empezaron a picarle, pero una mancha negra se interpuso entre el rubio y él, el pelirrojo fue aturdido por un suave aroma a frutas, que se filtró a su sistema y lo atontó en apenas un segundo.
-¡No hagas eso Kangin! -regañó el recién llegado con voz aguda y los puños cerrados, aún de espaldas al lobo, que desde el suelo trataba de entender lo que estaba pasando.
-¿Y tú me lo vas a impedir? Eres el enano de kínder que siempre anda con su peluche por todas partes -se burló el niño -Mira, ahí lo tienes como siempre -señaló el felpudo en su brazo izquierdo -Dámelo y dejaré al flacucho en paz -impuso dando un paso al frente.
El bajito apretó su peluche contra el pecho y negó varias veces con la cabeza, aferrándose al objeto como si de su vida se tratase.
Chanyeol se había puesto de pie y rodeó al niño de capa para poder ver la escena con mayor detalle. El rubio sonrió con burla, y se adelantó con la barbilla en alto, agarrando lo que el otro tenía entre las manos, empezando a tironear de él.
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The first Halloween with you [Baekyeol/Chanbaek]
FanfictionEra la primera vez que Chanyeol iba al pueblo. La pequeña cría de lobo corría emocionada, fascinado con los llamativos y brillantes decorados de las calles y casas. Esa noche en particular, conocería algo más que la tradicional "noche de brujas" que...