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Mi cumpleaños estaba cerca y yo no acostumbra celebrarlos.
Fue una costumbre que comencé a tomar hace como cinco años, ¿para qué celebrar que estamos cada vez más cerca de morir?
No le veía caso.
Sanha era un tierno niño de mi clase, un niño al cual le llegaba a los hombros. Y si... un niño del cual estaba enamorada.
Él sabía acerca de mi costumbre pero aun así desde que comenzó el mes no se le pasaba ningún día para decirme ''Faltan x días para tu cumpleaños'', como detestaba que fuera tan adorable. Y cuando por fin llego ese tan ''esperado'' día, él no me felicitó, cosa la cual le agradecí.
Pero todo se fue al caño cuando al maldito popote se le ocurrió gritar en media clase que cumplía años, haciendo que todos se sorprendieran, comenzaran a cantar las mañanitas y luego a abrazarme, ¡UNO POR UNO!
La jirafa se espero a lo último, sonreía dejando al descubierto sus brackets pero en cuanto miró mi cara de felicidad esta se borró y mejor fue a sentarse a su butaca.
Lo único que pensé al verlo sonreír así fue en lo lindo que era, pero aun así estaba que emanaba fuego por su culpa.
Cuando por fin llegué a casa mi mamá había hecho mi comida favorita y dejó que viera lo que quisiera en la tele.
—¡Hija! —me llamó cuando estaba subiendo las escaleras hacia mi cuarto.
—¿Qué? —me miró abriendo los ojos. Me asustó— Digo, digo, ¿Mande?
—Sanha te dejó un regalo arriba.
—¿Lo dejaste entrar a mi templo sagrado? —rodó los ojos y fue al sillón.
Me emocione, ¿Sanha me había dejado algo?
Corrí y al entrar a mi cuarto no pude evitar tirar mi mochila y ahogar un grito.
Un peluche enorme estaba en mi cama.
Por Zeus, Sanha sabía como amaba los osos de peluche. Tanto los enormes como los normales.
En medio del peluche había un ramo de rosas, ¡un ramo de rosas!
Había una caja abierta con todos mis chocolates favoritos, había una caja de mi pizza favorita, habían mis papitas favoritas, había mi soda favorita.
¡Ese popote me conocía demasiado bien!
Con una sonrisa en la boca acomodé las rosas en el buró de al lado para tirarme arriba del oso. Cuando estaba moviéndome mire a la derecha y dentro del ramo de rosas había una carta.
Me levante y la abrí.
''Se que amas los osos de peluche, así que te compre este.
Y quizá, yo pueda ser tu oso de peluche también.''
