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—... Y es que en serio, ella es tan hermosa e inteligente... con una sonrisa tan espléndida y grande que mata todo lo que se le acerca que pienso que...

Ezra masajeó sus sienes con frustración, la cañería no parecía ceder a los intentos de que fuese arreglada y su hermano estaba increíblemente insoportable ante el hecho de haber conocido a una chica.
Y es que, bendito sea el chico, aunque sean hermanastros desde hace sólo 3 años, Jack le tenía una gran confianza.

«Insoportable a veces, pero después de todo, encantadora confianza»

—¿Jack? —llamó cansinamente mientras se volteaba a su compañía, con un trapo en las manos para quitarse la grasa de ellas— mira, ya vas media hora hablando de ella. Si tanto te agrada, tráela a cenar ¿te parece?

Pareció intimidarlo, porque se encogió en sí mismo quedando extrañamente menudo encima del alto taburete en el que se hallaba sentado.

—¿Crees que a Marie le parezca bien? ¿Y a Josh? Tal vez no quieren tener planes hoy o...

—¿Jack? —interrumpió.

—¿Sí? —su apariencia era extrañamente similar a la de un perro que hubiese bajado las orejas por vergüenza.

—A mi esposa le encanta malcriarte, y a mi hermano le gusta todo lo que te gusta a ti. Así que ve y no quiero que vuelvas hasta que tengas a esa chica en esta casa ¿Quedó claro?

Sonrió ampliamente y se le escapó una risa joven que erizó los vellos de los brazos de Ezra. Jack era, por mucho, el más atrayente en su pequeña familia; y sólo por esa increíble risa que hacía que todo valiese la pena.

—Muy bien, me quedó bien claro hermano —le sonrió de lado y lo abrazó. Tomó su chaqueta de la silla del comedor y abrió la puerta rápidamente—. Volveré dentro de nada, ¡y conocerás a Tilda!

Y desapareció por la entrada del lugar.

Ezra suspiró.
Ese chico, tan sonriente...

Sacudió la cabeza y rio para sí. Ezra, con sus bien llevados 25 años no llegaba a tener la energía y ansias de vivir la vida que tenía Jack a sus 17.

Volvió a reír, pero esta vez a carcajadas.
Ezra debería empezar a llamar a Matilda, o Tilda como le llamó su hermano, cuñada; Marie estaría emocionada y de seguro que apenas conociese a la otra chica ya la llamaría "hermana" o "concuñada".

—Me pregunto cuándo será la boda. —se burló a la nada; Jack no la dejaría ir, así tuviese que enamorarla cada día.

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