Capitulo 1: "Decisiones"

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La peli azul caminaba por el pasillo del hospital con la cabeza gacha, preguntándose porque le pasaba esto a su familia.

Primero había sido su tía, luego su abuela y ahora su mamá. A cada una se le había descubierto algo inusual en el corazón y poco después el sistema colapsaba, haciendo que entraran en estado de coma. Lo raro, el corazón seguía igual de joven como una persona de veinte años, o inclusive menos. Los médicos, a pesar de millones de estudios, no encontraban una razón lógica, porque esto solo le ocurría a una persona entre quinientas. Y de ese numero uno, tres eran de apellido Garzón.

A Poché le preocupaba que una enfermedad como aquella le tocara en un futuro, que aquella enfermedad también acabara con su vida, o aun peor, con la de su hermana.

Sacudió la cabeza al darse cuenta de lo que estaba pensando. No quería pensar en el futuro, no en ese momento, cuando estaban a escasos meses de que la mujer que le dio la vida, perdiera la suya.

Conocía tan bien los pasillos de aquel hospital, que ni siquiera le fue necesario levantar la cabeza para darse cuenta que había llegado a la cafetería. Se sentó en la mesa de siempre, en la que hacia tres semanas había llorado tanto que ahora no tenia lágrimas.

Vio aquel uniforme de enfermera acercarse y se removió en la silla. Si era cierto, se hubiera alegrado antes de ver aquel uniforme, pero ahora no. Ahora, aquel uniforme solo la hacia pensar en una cosa.

El corazón de su madre. Y que ese corazón tendrían nuevo dueño, tan pronto el sistema nervioso de su progenitora fallara por completo.

- Poché... - Laura coloco un vaso de café, delante de la morena que la observaba con dolor. La enfermera tomo la mano de Poché encima de la mesa, dándole un poco de apoyo.

- Ya no se que hacer. - hablo, con la voz desgarrada, haciendo que a su amiga se le instalara un nudo en la garganta de solo escucharla hablar de aquella manera.

- Claro que lo sabes. - respondió, intentando no sonar tan cruel.

- No puedo ver a nadie que necesita aquel trasplante porque es obvio que no se lo daré. No podría vivir sabiendo que un pedazo de mi madre esta en otra persona. - volvió a decir con aquel tono de voz desgarrador.

Laura decidió guardar silencio, no porque sabia lo que se sentía en carne propia, no. Decidió guardar silencio porque sabia que eso era lo que necesitaba su amiga. Ella mas que nadie debía tomar la decisión por cuenta propia.

Debía decidir si darle la oportunidad a otra persona de vivir un poco mas, o si de ser un poco egoísta y quemar aquel corazón con el cuerpo de su madre.

- Traeme los papeles - le dijo a la enfermera, tomando un poco del café. Laura abrió los ojos ante esas palabras.

- ¿Lo vas a hacer? - pregunto, con cierto toque de felicidad, que Poché no alcanzo a notar y la enfermera agradeció internamente. Porque para ella donar era algo tan importante, tan significativo, porque no era solo regalarle un órgano a alguien, era darle la oportunidad de tener una vida.

También se alegraba porque sabia que el estado de coma de la señora Garzón, no duraría mucho y si Poché se decidía en hacer algo pronto, mejor.

- Solo voy a mirar a los pacientes, no es algo que tenga decidido.

- Esta bien. Traeré la carpeta con la información de los pacientes que cuenta una serie de variables como el estado de salud del donante, su compatibilidad inmunológica con el receptor y el estado del órgano que va a ser trasplantado - se puso de pie, dirigiéndose a su oficina, donde se encontraban los papeles.

Poché se quedo en la cafetería, observando el vaso de café como si fuera lo mas entretenido del mundo. Hasta que volvió a recordar a su madre y gruño. Alguien como su madre no se merecía aquello, y no sabia que hacer. No quería volver a llorar, pero lo hizo, y nadie de los presentes en aquel lugar le dio importancia. Escenas como aquellas ya eran comunes en la mayoría de personas que visitaban la cafetería.

Saco el móvil de su chaqueta, tratando de controlar su respiración. Quería llamar a su padre y decirle que pensaba al respecto con la donación, pero recordó que él había llorado delante suyo, diciendo que la ultima palabra la tenia ella.

Así que marco el numero de su hermana Valentina, quizá ella si tendría una decisión, a pesar de tener solo 15 años era demasiado inteligente y razonable.

- ¿Bueno?

- ¿Vale? - carraspeo un poco - Soy yo, María José.

- Ah, hola Poché. - respondió sin interés alguno. La relación afectiva que tenían antes de hermanas se fue deteriorando con el paso del tiempo. La mayor se la pasaba en el hospital, y la menor de las hermanas le parecía mas interesante sus amigos que pasar tiempo con su hermana y su mamá en estado de coma. Un poco cruel, pero las cosas habían cambiado. - ¿Paso algo con mamá?

- No, solo creo que he tomado una decisión y... Quería saber si estabas de acuerdo. - dijo tomando un poco de café, rascándose la ceja con el dedo.

- ¿Y bien...? - pregunto la menor.

- Voy a donar su corazón. - le informo, escuchando el silencio del otro lado de la linea - creo que a ella le hubiera gustado eso, darle la oportunidad de vivir a alguien.

- Esta bien, Poché. - respondió. Poché se sorprendió ante el apodo, hacia muchos meses no la llamaba así. - Creo lo mismo. Mamá tiene un buen corazón. - ambas rieron un poco por el doble sentido de aquella frase... Que de cierta manera era un poco cruel.

- Me alegra que estés de acuerdo. Adiós Vale, te quiero. - dijo un poco insegura.

- Adiós Poché, yo también te quiero.

Y colgó. Dejando una pequeña sonrisa en el rostro de la peli azul. Al menos las cosas con su hermana habían mejorado.

Vio a lo lejos como se acercaba Laura con una carpeta en sus manos, un poco nerviosa. Laura quería con toda su alma que donara el corazón de la mamá de su amiga. Le gustaba trabajar en aquel hospital para ver las sonrisas de felicidad de los pacientes cuando se enteraban de algún donante.

- Son quince pacientes. - se sentó al frente, donde se encontraba antes y le paso la carpeta. - son casos muy especiales. ¿entiendes lo que quiero decir? - pregunto y Poché asintió dudosa. - son personas jóvenes con casos únicos. Así que todo esta en tus manos.

Se puso de pie, dejando un sube apretón en el hombro de su amiga y se marcho de allí. En poco comenzaba con su turno.

Poché tomo las esquinas de la carpeta, observándola con atención. De solo pensar que donaría el corazón de su madre, las ganas de tirar todo a la mierda volvían.

Pero antes de sentirse completamente segura de que si aceptaba buscar un paciente o no, decidió pasar las paginas y aventurarse al ultimo nombre de aquella larga lista.

Poché era amante a leer primero la ultima página de cualquier libro que fuera a leer, le gustaba saber si sí valía la pena leerlo. Y aun que eso no era un libro, lo hizo.

Sus ojos se abrieron cuando leyó la información de aquel paciente.

Daniela Calle. Tiempo aproximado de vida sin el trasplante; cinco meses.

Trasplante | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora