-Disculpa María José - entró Kim a la habitación, mirándo cuidadosamente y cerrando la puerta a sus espaldas. Traía una carpeta, como la que le había entregado Laura aquella vez que fue a ver a Daniela Calle. Poché le sonrió de medio lado y siguió observando a su mamá. Kim al ver que la peli azul seguía perdida mirando a su mamá, volvió a llamar su atención. - Tengo que decirte algo
-¿Que cosa? - pregunto sin perder de vista a su mamá. La enfermera se acercó más a Poché, y habló cuidadosamente
- Afuera está Germán Calle, el papá de la chica que viste ayer.
Poché por primera vez dejó de observar a su mamá, para ver a Kim indignada. Iba a hablar, pero la enfermera la detuvo.
- Antes de que digas algo, creo que la chica se murió, entró en coma, no sé -dijo desesperada. La mirada indignada de Poché cambió - Él en serio necesita hablar contigo, por favor dale una oportunidad, cómo sería perder a un hijo, Poché? - tomó un respiro, mirando a la mamá de su amiga - ¿No harías hasta lo imposible para hacer algo que logre prolongar la vida de tu hija?
Poché echó un último vistazo a su mamá y salió de la habitación. Antes de que pudiera avanzar más, se encontró con un hombre que esperaba sentado al lado de la habitación.
Se parecía mucho a la chica que vio ayer, pensó.
El señor se levantó y la observó cuidadosamente, levantándose de la silla
- ¿Eres María José?
- Si, usted quién es?
- Germán Calle. - respondió, acercándose a la chica que por instinto retrocedió. - Por favor, por favor, hablemos, pero no aquí
- Está bien, sigame. - Poché ando sin mirar atrás, sin fijarse si el señor seguía sus pasos, pero no le importó, sus miedos, su egoísmo de darle una parte de su mamá a alguien volvió, se negaba a despedirse de su mamá.
Llegaron al estacionamiento, la peli azul se puso a un lado de su carro, con los brazos cruzados a la defensiva, observando al señor que se acercaba.
-Mi hija ayer casi se muere. - comenzó a hablar en voz baja - Sé que la viste ayer.
Poché asintió con la cabeza, recordando a la chica, recordando esos ojos cafés que la miraban sin ninguna emoción. Observó al señor que tenía en frente, observó sus ojos y tenían la misma mirada, la misma expresión de tristeza, derrotado.
- Por favor, ella en serio necesita el corazón. Sé que no fue muy amable contigo, pero Dani no habla, no hace nada, está resignada
- Si ella está resignada quiere decir que no quiere el trasplante - soltó de repente la peli azul. - Entonces no veo usted qué hace aquí.
Antes de responder, Germán soltó un suspiro de frustración, llevándose ambas manos a los bolsillos de su traje.
- Te doy todo el dinero que quieras, te doy lo que sea que me pidas
Poché se puso de pie, con la mirada llena de ira ¿En serio había dicho eso?
- No sé usted en qué está pensando, pero es un delito, lo sabía? - Giro para irse hacia el ascensor, pero la mano fuerte de Germán la detuvo, guiándola aún más contra el carro
- No debemos llamarlo por su nombre, porque no lo es. - mientras hablaba, Poché lo miraba dominante, maldiciendo en su cabeza a Kim, seguramente Laura no estaría enterada de esto. - Mire señorita, es en serio cuando digo que puedo darle lo que quiera, solo imagine su vida hecha para toda la vida, y si es que trabaja, ya no volverá a hacerlo.
De repente a Poché se le vino a la cabeza su hermana, la universidad de ella, si bien en cierto que no estaban mal económicamente, no podían permitirse ir a la universidad que la menor quería así de fácil, y si aceptaba lo que Germán le estaba ofreciendo, podría hacer feliz a su hermana.
Pero no, ella no vendería el corazón de su madre. Ella le daría el corazón a alguien que lo mereciera, y claramente Daniela Calle no lo merecía.
- Por favor... - el susurro de Germán la trajo de nuevo a la tierra
- Su hija no es alguien que merezca el corazón - escupió con rabia. - No se lo daré a ella, porque simplemente no está en venta.
- La estás juzgando sin conocerla, - se defendió Germán, apartándose más de la chica. - ¿qué harías tú si te enteras que te vas a morir? Que tu única oportunidad de vivir sea de un trasplante, tomando en cuenta que la mayoría de gente se muere esperando uno. ¿No te resignarias?
Y ahí de nuevo estaba Poché, en silencio, con su cabeza llena de un montón de posibilidades. Ella necesitaba dinero, pero su moral no le permitía venderlo, pero era el corazón de su mamá, no? Y Vale era su hermana, seguramente su mamá aceptaría en vender su propio corazón para que Valentina fuera a la universidad que quería sin preocupaciones.
- No lo voy a vender. - volvió a hablar luego de un minuto, dudando de lo que acababa de decir. - Si su hija se lo merece como usted lo dice, iré a verla, tiene un mes para que me haga aceptar, dígale que ponga de su parte.
- Siendo así no será posible. - respondió Germán, con la cabeza gacha. Poché frunció el ceño, buscando una respuesta. - Ayer casi se muere como le había dicho, no sé murió... Pero está en coma.
Solo esas tres palabras hicieron que la peli azul se sintiera como una grandísima mierda. Recordó a la chica de ayer, como ni si quiera la miró, observó a Germán y este le evitaba la mirada... Cómo lo había hecho Daniela. Y es que Poché conocía ese sentimiento, primero el de resignación, fue el mismo que sintió cuando se enteró que su mamá no tendría cura, y luego el sentimiento de querer mandarlo todo al carajo cuando su mamá entró en coma, y nunca despertó.
- Mañana iré a verla. - soltó sin más, metiéndose al ascensor ahora sí sin ser perseguida por Germán.
ESTÁS LEYENDO
Trasplante | Caché
Fanfiction"Yo era tu cura, y tu eras mi enfermedad. Te estaba salvando, pero tú me estabas matando." Daniela Calle se debate entre la vida y la muerte a causa de una mal formación en el corazón. Su única posibilidad es encontrar un donante, lo cual es muy po...