I. Monstruos de la noche.
Easterdon es un pequeño pueblo ubicado al norte de Transilvania. No es una población corriente, en ella se pueden encontrar criaturas anormales, mejor conocidas como "Monstruos de la noche". Muchos individuos creen que estos engendros se tratan de muertos vivientes dotados de una increíble fuerza y poder, que mantienen su inmortalidad bebiendo la sangre de seres vivos.
Pero estos sujetos se encuentran equivocados, no son "vampiros" quienes asesinan a los habitantes del lugar, es algo mucho peor.
Hemos crecido en un mundo poblado de seres fantásticos. Probablemente jamás se nos ocurrió dudar de su existencia durante la infancia. ¿Quién no despertó alguna vez sintiendo que había sido visitado en sueños por alguno de estos temibles seres? ¿Quién no creyó ver entre las sombras alguna figura escurridiza que acechaba?
— ¡Lestrange! — exclamo el hombre de unos cuarenta y tantos años sacándome de mis pensamientos. Suspire pesadamente preparándome mentalmente para el regaño que iba a recibir de parte del profesor Tanner. Deje de lado mi lápiz y subí la mirada, encontrando me con este enfrente mio — ¿Cuantas veces le tengo que decir que preste atención en clase? — comento severo, observo con curiosidad mi libreta semi escrita y sin decir ni una palabra al respecto la tomo, comenzando a leer para si mismo todo lo que había escrito segundos atrás.
Todos los presentes en la habitación se quedaron en un silencio profundo viendo como el profesor negaba desilusionado leyendo mi libreta, sentía como algunos de mis compañeros clavaban su mirada en mi y susurraban sobre lo que estaba ocurriendo.
— ¿De nuevo con esto? — Pregunto arqueando una de sus cejas mientras que su mirada se clavaba en mi. — Constance — menciono mi nombre casi en un susurro — nada de esto existe, no existen los vampiros, los hombre lobos, ni mucho menos los demonios, deberías ir a un psicólogo por tu bien.
Las risas de mis compañeros comenzaron a surgir.
— ¿Y que me dice de los asesinatos sin explicaciones que hubo en los últimos meses? no soy la única que cree que en este pueblo algo raro y paranormal esta pasando. — respondí con seguridad en mis palabras.
— ¡Constance se volvió loca! — soltó Leia riendo acompañada de toda la clase. Respire hondo y mire mis pies por debajo de la mesa. No tenia que dejar que sus risas y burlas me afectaran, no esta vez.
— ¡Guarden silencio! — ordeno el profesor provocando que las risas de todos cesaran. — No se que cosa fue la culpable de todos los asesinatos inhumanos que hemos estado presenciando en estos meses, pero estoy seguro de que solo es un animal salvaje. — el hombre dejo mi libreta sobre mi mesa y dio media vuelta dirigiéndose a su escritorio.
Si, claro, un animal salvaje.
El ultimo timbre sonó indicando que las clases habían finalizado por el día de hoy. Leia se levanto de su asiento y moviendo sus caderas de un lado a otro camino hacia mi asiento, colocando una de sus asquerosas manos sobre mi hombro, dándole a este pequeñas palmadas.
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Constance
Fantastique« El infierno puede ser divertido, si estas con el demonio correcto. »