Es una colección de pequeños one shot inspirados en la saga de crónicas vampíricas de Anne Rice.
Mayormente Loustat.
(...Con muchas ideas en mente pero con poca imaginación para convertirlas en una historia independiente.)
¡Disfruten!
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Contexto: Armand y Louis se quedan juntos tras la muerte de Claudia, Armand se convierte en el nuevo maestro de Louis, su amigo, amante y confidente, sin embargo, tras la entrevista, Louis vuelve a sentir inseguridad, como hace tantas décadas atrás había sentido.
(. . .)
San Francisco
(1974)
La pareja inmortal había recorrido varios lugares del mundo, año tras año, visitaron cada parte de Europa, Grecia, Egipto, Italia, Roma, hasta que finalmente decidieron viajar a América y establecerse en San Francisco; 10 años desde su último viaje, corría el año de 1974, cuando Louis y Armand eran llamados los reyes de la noche, en los clubes de Vampiros, eran reconocidos como la pareja de inmortales más duradera, antigua, inseparable, juntos eran perfectos...
La curiosidad de Louis no tenía limites, y Armand era un excelente maestro, si alguna vez se encontraba con una pregunta sobre cualquier tema, Armand hacía todo lo posible para brindarle una respuesta.
Louis ama a Armand, aunque no lo admita abiertamente, ama cada momento que están juntos, porque siempre sabe que decir, es un maestro de la palabra, sabio, correcto, elegante, atento, contesta cualquier interrogante que su pareja le hacía, este ambiente hogareño era diferente al que vivió por 60 años en Nueva Orleans en el siglo XIX y eso estaba bien...
Sin embargo, los últimos días, Armand está fuera de casa más tiempo de lo debido.
Ahora mismo, era una de sus noches solitarias para el "aún joven" Louis Du Lac, su querido maestro había salido y no volvería quizá hasta dentro de 3 días, Louis aprovechaba para fumar un cigarrillo pasivamente, mientras veía una película en la gran pantalla que habían adquirido hace poco, embelesado por los colores, le parecía fascinante, la actuación había evolucionado de tal forma que las películas contaban historias mucho más sofisticadas o en todo caso, historias inclinadas a puro entretenimiento, ya no era necesario ir a un teatro o a la ópera...
Oh, el teatro... A veces la nostalgia le juega una mala pasada.
De repente Louis apagó el televisor, su rostro formó una sonrisa media de forma casi automática cuando escuchó el ascensor del edificio abrirse, y los pasos inconfundibles de Armand se acercaban a la puerta, los sentidos de Louis se hacían cada vez más agudos en ese aspecto.
