Prologo
-Las cosas nunca son lo que aparentan- decía mi abuela- Nunca juzgues un libro por su portada ______(tn)-. Esas palabras nunca tuvieron sentido, o por lo menos no lo tenían hasta hace cuatro meses, cuatro miserables meses en los que mi vida se convirtió en un infierno. Y en aquel infierno no era la única, pues muchos estábamos atrapados allí. Todos estábamos allí por la fuerza. Todos compartíamos la misma vida. Todos preferían morir antes que seguir allí, excepto por mí. Todavía tengo las esperanzas de que escapemos, y mientras estemos ahí, ayudaré a todos los que necesiten de alguien. Lo que nunca hubiera pensado, es que luego de tanto tiempo atrapados, nuevas personas llegarían, nuevas personas que nos recordarían lo que es la esperanza, la diversión, las sonrisas, y sobre todas las cosas, una de ellas me recordaría algo enterrado en el fondo de mi ser: El amor.
Capitulo I
*You’re insecure, Don’t know what for, You’re turning heads when you walk through the do-o-or, Don’t need make up…* arrojé mi celular al suelo de una forma torpe con fuerza. Estaba soñando el mejor sueño de todos… Por fin conocía a One Direction, mi banda favorita, y tenía mi boda con uno de ellos, aunque no llegué a ver ¡Quién de los cinco era! En fin, no importa quién de ellos había sido, me había regalado flores, llevado de viaje y propuesto matrimonio en la Torre Eiffel. Pero justo antes de aceptar en el altar y ver el rostro de mi futuro esposo ¡MI ALARMA SONÓ! ¿Lo peor? Eso significaba que tendría que ir al colegio…
Eso formó un nudo en mi garganta, el cual no pude mantener por mucho tiempo porque empecé a llorar en silencio, para no preocupar a mis padres. Hace dos semanas habían secuestrado a una de mis mejores amigas, y tres días después a otra. Éramos seis, ahora solo quedábamos cuatro. Ninguna de nosotras estaba bien, pues todo lo que hacíamos nos recordaba a ellas. Arrepentida, y para sacarme ciertos pensamientos de mi cabeza, levanté mi celular para ver la hora. Eran 6:30 am, tenía que cambiarme, arreglarme y preparar mi mochila. El desayuno lo tomaría junto con mi vecina, Emily, dos años mayor que yo, pero con mi misma mentalidad, camino al colegio. Sin ánimos, me puse mi camisa, luego la corbata, seguido de mis shorts debajo de mi pollera escocesa, y por último las medias blancas y mis mocasines. Me dirigí al baño. Lavé mi rostro, tomé mi cepillo de dientes y lo llevé hasta mi mochila, ya que luego de desayunar me lavaba los dientes en el colegio. Tomé mis libros de historia, matemática y geografía para luego meterlos en la mochila. Sin ganas guardé mi celular, mis auriculares y un poco de dinero. Fui a la cocina a buscar mi taza térmica, me preparé una chocolatada fría ya que estábamos en Octubre, y para mí era como el verano. En fin, cuando estaba lista me vi por última vez en el espejo: Mi pelo decidí dejarlo suelto, me retoque un poco la base y tomé un broche por si quería hacerme una cola. Me puse mi mochila, tomé mi taza y salí de mi casa. Les había dejado una nota a mis padres para que recordaran que fui al colegio, aunque era lo obvio. Salí de mi hogar y caminé hasta la casa de Emily, quien ni bien lllegué estaba cruzando su puerta.
-¡______(tn) tanto tiempo! Jajaja ¿Cómo andas?- me saludó y tomó un sorbo de su tasa térmica de Starbucks.
-Bien, ¿Y tú?- asintió en señal de bien. Metió su mano libre en su bolso y sacó un paquete de galletitas.
-¿Quieres? Yo sé que si- dijo pasándolo en frente de mi rostro de derecha a izquierda y viceversa.
-No gracias, solo tomaré mi chocolatada-.
-¡Vas a morir de hambre! Yo sé que quieres, a mi no me engañas- luego de tanto insistir, acepté unas cuantas galletas.
- Em ¿Hiciste tu tarea de geografía? Ayer dijiste que tenías que entregarla hoy- me miró sorprendida, casi escupe su desayuno.
