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    En el salón que se les había asignado a la banda, Los Animatronicos ensayaban. Llevaban ahí ya casi una hora sin parar, era media tarde y se sentía el hambre. Para disgusto de Golden Freddy, la única mujer del grupo, se ofreció a acompañar a Freddy para ir ambos por comida.
      En la sala habían quedado sólo Bonnie, Foxy y Golden. El primero afinaba su guitarra con cuidado, le tenía un gran aprecio a esta, el de cabellos rojizos, por su parte, picaba su nariz sin vergüenza y Golden miraba por la ventana distraído. El sentimiento de impotencia que se había manifestado en el momento que su novia salió del salón con cierto castaño fue nuevo para él.

— ¿Golden Freddy? —Lo sacó de sus pensamientos una voz femenina, era algo aguda pero no irritante.

         El cantante dirigió su mirada hacía el llamado, encontrándose por la ventana a un par de hermanas. Eran idénticas, seguramente porque eran gemelas. La primera, de largos cabellos azabaches y ojos avellana, mientras la segunda poseía una cabellera más desordenada, sin embargo, ambas compartían el mismo rostro.

—¿Qué necesitan? —

— Nos gustaría una foto, ¿Podrías hacernos ese favor? —Habló una de ellas, con una seña que indicaba que saliera para afuera, después de todo la ventana no era para nada alta.

    Un fuerte estruendo y una mirada imponente. La de cabellera rubia, única mujer en la banda y novia del cantante, había golpeado la puerta con furia al ver la escena. Todo un drama por algo pequeño. Era el ejemplo perfecto de que los celos, sin duda, son lo más tóxico en la relación.

— Goldie, —El ridículo apodo hizo que cierta muchacha de cabellos dorados frunciera el ceño.— ¿Te molestaría abrazarme para la foto?

       Sin decir una palabra más, Chica salió de la sala. Estaba indignada. Detrás de ella salió su querido amigo Freddy, el castaño de bellos ojos celestes.

— ¿Estás bien? —

— No, —Lo miró con una falsa sonrisa— pero no importa, estoy acostumbrada. Sólo siento celos, es todo.

— Los celos son malos, son destructivos. —Tenía toda la razón.

      La de bellos cabellos rubios asintió, pero en el fondo ella creía que no era para tanto. Después de todo, muchos consideraban los celos algo tierno.

— Freddy, ¿Quieres salir a algún lado después del ensayo? No quiero pensar en mis estúpidos celos. —

—¿Eh?, claro —Accedió fácilmente.

—Entonces iremos al cine. Tal vez, algo de terror... O lo que quieras, me da igual. —Le dedicó una sonrisa.


      Para desgracia de ambos, cuando salieron del salón también salió el cantante para buscar a su linda novia. Escuchó atentamente la conversación, no pudo evitar sentirse feliz al saber que causaba celos en su novia. Sí, feliz. A él, esos sentimientos tóxicos le agradaban, creía que podían ser un gesto romántico y lindo.

      El reloj digital marcaba las siete de la tarde. Escogió la ropa apropiada, nada llamativo, sólo algo sencillo, así como era ella. Su vecino y acompañante estaba en la cocina, esperándola, mientras charlaba con su madre.

— Ya podemos irnos, Freddy. —

— Me gusta cómo estás, te queda bien. —El castaño le sonrió amistosamente.

— Gracias. —

       El tiempo transcurrió rápido, ambos habían pasado un lindo momento. Antes de que ella saliera con el de cabellos dorados, salían todo el tiempo, pero cuando comenzó a salir con él las cosas cambiaron. Las risas y los sustos en la película los hacía feliz, Chica había logrado olvidarse de sus celos y los había reemplazado por un lindo rato con su mejor amigo.

    Aunque nada de eso le agradó a Golden Freddy. Para nada. Y sí, los había estado observando, desde lejos.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2018 ⏰

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