000

147 23 6
                                    

Seúl. 1115.

Media noche, llovía como pocas veces lo hacía. Los relámpagos caían entre los arboles de las montañas más altas. El aullido furioso de los lobos no faltaba aquella noche oscura e interminable.

Todo aquello era roto y opacado por el sonido de los latigazos sobre la espalda de un chico. Alto y de cabello castaño. Su espalda estaba completamente destrozada por la fuerza con que el látigo rasgaba su carne. Encadenado con restricciones de plata en su piel, el chico se dedicaba a rasgar el frío piso con sus garras.

Aun lado del castaño, yacía un hermoso joven de cabellos color zanahoria. Llorando de forma desgarradora mientras era sujetado por dos hombres más altos y fuertes que él. Se impulsaba para llegar al chico, pero le era más que imposible.

— ¡Padre, detente, te lo ruego! —el hombre miró al chico con una mirada furiosa. Se acercó a su hijo para abofetearlo una vez que estuvo lo bastante cerca.

— ¡Lo defiendes!

El chico desvió su mirada a donde el castaño estaba siendo castigado. Sollozó y regresó la mirada a su padre.

— Ya te dije que lo amo — le respondió. Su padre lo volvió a golpear.

— ¡Me traicionaste! ¡Para revolcarte con un animal, Taehyung!

Taehyung negó. Llorando mientras miraba al chico con su espalda sangrando.

— Los Were no son animales. Ellos son como cualquiera de los humanos.

— ¡Son bestias! Una bestia que ha deshonrado a mi familia — miró a su hijo con desprecio —. Morirá por ello.

— ¡No, padre!

— ¡Tú! ¡Un vampiro de sangre pura, te acostaste con un animal!

Fuera del castillo donde estaban refugiados, se escuchaban los aullidos furiosos de los lobos. Los vampiros dentro del castillo se sentían nerviosos de ver a tres lobos de pelajes diferentes, encadenados como perros.

Los ojos de los Were pedían la sangre de aquellos a los que le habían puesto una mano encima a su hermano. Con sus ojos dorados llenos de furia, se sacudían de las cadenas para intentar llegar al Were herido.

— Jongdae, padre, te lo ruego por mi vida — volvió a insistir el chico con la añoranza en su voz. El nombrado frunció los labios con furia y desagrado.

Jongdae, un hombre maduro de piel sumamente blanca, con la estatura baja, era un hombre muy peligroso, con sus ojos azules blanquecinos, se dedicaba a mirar a Taehyung. Sin cambiar su mirada llena de desagrado, inspiró aire.

— Tu vida ya no es nada para mí. Así que no tengo nada que me impida no matar al animal.

— ¡J-hope no es un animal!

Jongdae abrió sus pálidos ojos azules blanquecinos ante el grito de Taehyung. Su padre miró al hombre que sostenía el látigo con cuchillas filosas de plata. Movió la cabeza y el hombre asintió con una sonrisa sádica en sus labios.

— Mátalo. Lenta y dolorosamente.

— No... no...

La voz de Taehyung fallaba mientras veía al soldado agarrar con sus manos una espada de plata. Taehyung comenzó a forcejear con los que sostenían sus brazos. Él necesitaba llegar con J-hope antes de que la espada le causara otra herida.

Desesperado, vio a Jimin y Jungkook. Ellos eran los más jóvenes de los vampiros de sangre pura. Ambos chicos veían aterrados al soldado cargando la espada. Ambos sabían de la relación que su primo-hermano sostenía con el Were. Muy dentro de ellos, pensaban que Jongdae nunca se enteraría de la relación de Taehyung con J-hope.

Between blood & betrayal 《V-hope》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora