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Colchón de pasto, almohada de cielo

Con muchas sensaciones que no podía explicar, aquel chico en la noche se puso a pensar, caminando sin rumbo entre calles y edificios se fue consumiendo por aquellos sentimientos pero la fatiga de sus músculos lo hicieron parar llegando justo a una plaza y contemplando su tranquilidad decidió acostarse sobre el pasto, descansar su mente en las estrellas que podía observar. Hipnotizado por los centelleantes puntos del cielo llegó a sentir que su cabeza yacía acomodada dispuesta para el sueño. Pero antes de cubrir sus ojos con sus párpados sólo deseó que ella estuviera ahí, compartiendo ese espacio y ese momento, ahí, acostados sobre un colchón de pasto y con el cielo de almohada...


Adolescencia Poética (Antología)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora