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¡Pero qué inquieta está mi mente! Las ideas aparecen, dan vueltas y hacen miles de piruetas. Los pensamientos vuelan, se van lejos, hasta los lugares en donde activan la imaginación; convirtiendo toda inquietud en tremenda maldición. ¡La tortura es enorme! La cuestión es tan simple; ¿será que le gusto, o el caso es que no?; ¿será que le gusto, o el caso es que no? Sólo puedo saberlo si la respuesta viene de esa persona, pero mi cabeza sigue maquinando y me impide que siquiera pueda mencionarlo. Sólo me queda esperar, ser paciente, y que se de cuenta de que yo sí me siento muy a gusto con esa persona.

Adolescencia Poética (Antología)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora