Capítulo 2

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En el escenario estaban los cuatro jóvenes. Las chicas en la izquierda y los chicos en la derecha, todos se tomaban de la mano mientras que el presentador con resultado en mano solo quería aumentar el suspenso, a pesar de que los demás estudiantes lo abucheaban por demorarse tanto.

-Felicidades, chicas-murmuró Adriel mirándolas con una sonrisa-ustedes sobrado ganan, sé lo mucho que se han esforzado, nosotros hicimos todo a última hora y por la nota nada más.

-Gracias cariño, pero ustedes con todo y eso lo hicieron muy bien igual. Es tan probable que ganemos nosotras como ustedes-susurró también Romina con una sonrisa.

-Dejen de susurrar que ya van a anunciar quien de las dos parejas ganaron-murmuró Paulina callándolos-¡Ah!, por cierto Romina, cuando ganemos, será gracias a mí. Tú solo me decorabas el espacio. 

-¡¡Un aplauso para los ganadores!!-gritó el director, ya había anunciado a los ganadores y ninguno de los cuatro jóvenes escuchó al estar en tan acalorada pero murmurada conversación. 

-¡¿Cómo dijo?!-se quejaron los cuatro chicos, más que nada Paulina y Romina.

Los aplausos pedidos comenzaron y se hicieron cada vez más sonoros. Lo peor de todo era que los supuestos ganadores no sabían si eran ellos—o ellas— o no.

-¡¡Muchas felicidades a los alumnos de quinto año Arturo y Adriel!! y así jóvenes terminamos los juegos florales, ya pueden regresar a sus clases-despidió el director hasta que alguien se le acercó y le susurró al oído-Perdón, quise decir, pueden regresar a sus casas, terminó el horario escolar. 

Mientras los chicos se quedaron sorprendidos e inmóviles, con las luces amarillas dirigidas a ellos, las chicas se alejaban poco a poco de ellos cuando los jueces les daban las diplomas a los ganadores.  

Luego de las poses para las fotos y varios anuncios, Arturo y Adriel recién pudieron percatarse de la ausencia de las chicas. Ni bien lo hicieron fueron corriendo a buscarlas, cada uno por su lado. Ellos más que nadie sabían lo mucho que habían herido el ego de Paulina y Romina, sin querer por supuesto. 

Arturo y Adriel ya habían tomado caminos diferentes para buscarlas. Algunos chicos les felicitaban por haber ganado los juegos, lo cual llegaba a obstaculizarlos un poco.

Se estaba haciendo tarde, y ya habían buscado por todo el colegio. Era de esperarse que ambas chicas habían salido del colegio rumbo a sus respectivas casas.

Adriel tomó su mochila y fue a la casa de Romina, era pequeña y no estaba muy lejos de ahí.

Cuando llegó se quedó buen tiempo tocando la puerta, todo para darse con la sorpresa de que estaba abierta, su frustración era tan evidente que enrojecía sus mejillas. Al entrar parecía no haber más de un desesperante silencio acompañado del orden y la limpieza de la sala. Adriel subió al segundo piso donde estaba la habitación de Romina, estuviera cerrada o no, él tocó la puerta del cuarto nuevamente.

-Pasa, Adriel-respondió Romina tras la puerta.

Adriel la abrió y vió a su novia echada en la cama. Su cuello fuera de la cama estaba doblado y su cabeza a pocos centímetros de tocar el suelo mientras escribía algo con su celular.

-¿A quién le escribes?-preguntó Adriel al verla con el celular, su tono daba a entender que quería animarla por creer él que Romina estaba desanimada.

-A nadie, celoso. Solo escribo...escribo un blog de notas, como...como un diario ¿entiendes?-contestó Romina tranquila aunque algo fastidiada.

-En serio, en serio creí que ustedes ganarían, si nosotros apenas practicamos y...- aseguró Adriel incómodo al acercarse poco a poco a Romina hasta sentarse en su cama.

Amigas & RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora