Just a night

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¿En dónde me encontraba? ¿Era este mi departamento? Se veía distinto, más grande y más... Más frío.
Fue este mi primer pensamiento matutino, lo primero que se me vino a la mente antes de darme cuenta de que me encontraba fuera de casa, parcialmente desnudo. Podía comenzar a sentir una resaca memorable para mi historial de bebedor ligero; no tenía casi nada de plata según lo poco que alcanzo a recordar de mi desenfrenada aventura de anoche. ¿Acaso era idiota? Si, debía de ser de esa manera, pues no encontraba ninguna otra razón que explicara el cómo demonios me había metido en una situación como aquella ¡Ni siquiera recordaba en dónde me encontraba, ¡joder!. 

Pase mi mano izquierda sobre de mi cabello con el fin de acomodarlo un poco. Estaba hecho un desastre y olía a una mezcla de humo de cigarro, cerveza y uno que otro licor. Dejé caer mi mano al lado mío.

—mmnh. 

Rodé los ojos en dirección al quejido que había escuchado. Algo debajo de las sábanas creaba un bulto en ellas, ese algo estaba respirando apaciblemente y al parecer el golpe accidental de mi mano no había turbado su sueño ni de la forma más insignificante.

— Lo lamento. — me disculpe a pesar de que sabía perfectamente que no era necesario pedirle disculpas a un bulto de carne que se encontraba paseando con Morfeo. 

Lo natural hubiese sido que me interesará saber con quién demonios había pasado la noche, pero realmente no me interesaba o no quería aceptar la realidad de que este bulto aquí a mi lado no fuera quién yo esperaba. Lo cuál era completamente patético, era mucho más que obvio el darse cuenta de que Haruka Nanase no yacía dormido al lado de mí como antes solía hacerlo. Estaba seguro de que en esos momentos estaría disfrutando cada instante junto al maldito pelirrojo que siempre había nadado en su mente; probablemente despertarían de una manera distinta a la mía, estarían limpios, no olerían a tabaco ni licor y si recordarían todo lo que pasó una noche anterior. Probablemente Matsuoka abrazará a Haru, mientras que él rompería su impasible máscara de hielo solo para Rin, únicamente para Rin y nadie más.

No me di cuenta de cómo ni de cuándo me había sentado al borde de la cama rentada en la que hacía unos minutos me había encontrado tendido, presa de los estragos de un corazón roto.
No me demoré ni un minuto en comenzar a buscar mi ropa, se encontraba esparcida por todos lados en la habitación, revuelta con prendas que yo no recordaba haber visto antes, más que en una borrosa nube de recuerdos, luces, risas, lágrimas amargas, una voz irreconocible que me decía cosas imposibles de entender, un par de labios alcoholizados, una bochornosa, torpe y difícil caminata hasta el hotel y caricias vagas, sin sentido. Era un tacto frío y vacío, sin razón en específico; eran caricias superficiales y dolorosas. ¿Quién diría que sólo un corazón sería capaz de romper el resto del cuerpo en mil pedazos?.

Este y más pensamientos amargos y de auto compasión rodaban por mi mente mientras me vestía con el máximo sigilo del mundo, no quería tener que despertar al bulto de la cama y tener que dar una larga explicación exponiéndole mis razones para irme y que me dejara en paz, que no me buscara ni intentara hacer una conexión con alguien que no quería conectar con nada. De menos ese no era mi estilo, sin embargo, tampoco lo era el salir huyendo y desaparecer sin dejar ni polvo de mi existencia. Más bien, nunca había tenido un "estilo", nunca había tenido que enrollarme de manera sexual con un desconocido para después verme obligado a huir.
Comencé a acercarme lentamente a la puerta de la habitación, ya tenía todo lo que había llevado conmigo, así que solo quedaba desaparecer. Me separaba una distancia tan corta del picaporte de la puerta, que, con solo extender el brazo habría podido girarlo e irme de aquel lugar; en efecto, me encontraba alargando el brazo cuándo una extraña voz resonó a mis espaldas. 

—Entiendo perfectamente que quieras largarte cuánto antes de aquí — aquella voz no era ni gruesa ni aguda, más bien podría decirse que era una voz media, perezosa, algo adormilada por la hora, a pesar de que no poseía un timbre desesperante, no me parecía agradable, tal vez fuera la esperanza de haber salido de ahí sin que lo notara o la estúpida e impetuosa necesidad de volver a escuchar una voz como la de MÍ nadador. Aún continuaba negándome a la idea de que ya no era mío. 

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2016 ⏰

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Just a Summer (SouMako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora