¿Por qué a las mejores personas?

Capitulo 1

Todo comienza como un día normal, un día igual a los anteriores.
Me encuentro en el asiento del copiloto del auto de mamá, observo con precisión la forma en que arruga la nariz cuando algún auto se nos atraviesa o como su sonrisa hace que sus ojos se hagan pequeños, además de la extraña cualidad que me heredó de observar por el rabillo del ojo.
Mi madre es una mujer hermosa, de piel blanca, cabello rubio, labios rojos y finos, estructura delgada, y ojos tan azules como profundos.
No me parezco mucho a ella soy de piel blanca, mi cabello es pelirrojo, esponjado y feo, ni si quiera puedo describirlo, soy de estatura media, delgada aunque tengo mis lonjitas, nariz chata, mis cejas son delgadas y peculiares, mis ojos son rojizos ya que tengo una enfermedad visual algo extraña, lo que me hace usar lentes, mis labios son carnosos y rojos, a diferencia de ella yo tengo un pésimo sentido del humor.

-¿Qué dije acerca de hablar de ese tema?- pregunta sin retirar la vista del camino
-Que no lo hiciera, mamá
-Exacto

Odio cómo se tensa cada vez que toco el tema de papá.
Papá falleció cuando yo tenía 12 años y nunca voy a perdonarle que me haya negado el derecho a saber la razón. Dice que no estoy preparada.

-Ya llegamos- indica haciéndome una señal con su cabeza mientras sonríe para que baje del auto- anda, vete ya
-Gracias, ya me di cuenta

Bajo del auto, no sin antes besar la mejilla de mamá, y camino hacia el edificio estudiantil; recorro el largo pasillo hasta llegar a mi casillero y encontrarme con un lindo chico allí llamado Jacob.
Jacob a sido mi mejor amigo desde hace cuatro años, al principio lo detestaba, sin razón. Con el tiempo esa tensión innecesaria se desvaneció y fue ahí cuando surgió nuestra amistad.
Jacob es un chico de cabello castaño, delgado, de estatura media, ojos brillantes y azules, con la piel blanca, y mejillas llenas de pecas que asemejan a una galleta con chispas de chocolate.

-Hola, tonto- digo una vez frente a mi casillero... y frente a él
-Hola, Mayce. ¿Cómo estás?
-Bien, ¿y tú?- pregunto abriendo mi casillero para dejar algunos libros
-Lo mejor que puedo.
-¿Volvieron?-pregunto desinteresada- por favor di que sí

Otra vez la misma historia de siempre. Jacob termina con su linda y sexy novia y la quiere devuelta.

-Nope-responde de una forma tan madura y respetable como solo Jacob puede hacer- Allison no se dispuso a volver
-¿Hiciste lo que te dije que hicieras?
-Si
-¿Y qué dijo, Jacob?- lo miro esta vez
-Nada, solo me vio y negó con la cabeza
-¿Por qué terminaron en primer lugar?, se veían felices
-Supongo que nos cansamos de las especulaciones del otro
-¿Entonces por qué sigues rogándole?

Aquel chico de ojos traviesos y alertas me mira como si fuera obvio

-Jacob ya deja de fastidiarla
-Eso no ayuda, Mayce
-Claro que si- acomodo mi mochila sobre mi hombro
-Pero...- lo interrumpo
-Necesitas distraerte, Jacob
-Ya lo sé
-Ya debes dejarla tranquila, es una relación bastante inestable a decir verdad. Déjala hacer su vida
-Mayce, yo sé que a veces las personas pueden hartarse pero algo me dice que debemos volver a intentarlo.
-¿Por qué, Jacob?, ¿Tú así lo quieres?
-La quiero. Pero no lo sé en realidad
-De acuerdo
-Pero, Mayce, ¿qué hago para distraerme? Ya que si necesito superarla
-Piensa

Ríe.

-Eso siempre lo hago- responde crecido
-No parece, Jacob
-¿Tanto se nota?-dice con una sonrisa en su cara haciéndome sonreír ligeramente
-Ya no sé qué hacer contigo, amigo

Me mira y rueda los ojos antes de cerrar mi casillero de golpe e irse corriendo mientras ríe a todo pulmón

-Tonto- susurro